Mykhaylo Petrunyak, presidente de la Asociación de Ucranianos de la Comunidad Valenciana: "Los organismos oficiales han reaccionado muy tarde"
El también presidente de la Federación de Asociaciones de Ucranianos en España pide más agilidad para tramitar los permisos de trabajo de sus compatriotas
Alicante
Después de 74 días del inicio de la ofensiva rusa contra Ucrania, el presidente de la Asociación de Ucranianos de la Comunidad Valenciana y de la Federación de Asociaciones de Ucranianos en España, Mykhaylo Petrunyak, en Hoy por Hoy Alicante, ha pedido a la Administración española más agilidad a la hora de culminar los trámites de sus compatriotas, sobre todo en lo que se refiere a los permisos de trabajo.
Petrunyak ha agradecido cómo se "ha volcado" la población de la Comunitat con las personas refugiadas y todas las llamadas que se han recibido para acoger familias, pero que ahora ya hay españoles que necesitan su segunda residencia y no disponen de suficientes recursos para seguir manteniéndolos.
Mantener esa acogida, dice, no es tan fácil. Son personas que desconocen el idioma y necesitan residencia, pero también trabajo y los papeles tardan muchísimo, con algunas citas programadas en julio. En este sentido, cree que "España ha reaccionado muy tarde" en comparación con otros países. Y asegura que, según datos de la semana pasada, 26.000 ucranianos regresaron a su país.
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Petrunyak ha puesto como ejemplo el albergue de Ciudad de la Luz, donde algunos refugiados llegan a permanecer hasta un mes. La ropa y los programas para escolarizar son importantes, señala, pero hay más iniciativas poco útiles que verdaderamente eficaces, porque lo más importante es dominar el idioma y legalizar la situación de los desplazados.
Incide, además, en que los rusos ya han empezado a bombardear ciudades pegadas a la Unión Europea y en que el problema no es solo Putin, sino que también los propios rusos creen que el mundo está contra ellos, cuando lo que están haciendo es "amenazar al mundo civilizado".
Ucrania "no está tan lejos" y con una amenaza con bombas nucleares "no se puede estar tranquilos y cerrar los ojos", porque hay niños y mujeres que mueren, hay torturas, y el riesgo de que otras personas vayan a morir de hambre.
