Política
Elecciones andaluzas 2018

Las claves de las trascendentes elecciones en Andalucía

El PSOE se perfila como la fuerza más votada el 2-D, pero lejos de la mayoría absoluta, lo que abre la puerta a las incógnitas

Los cuatro candidatos a presidir la Junta de Andalucía. De izquierda a derecha, Susana Díaz (PSOE-A), Teresa Rodríguez (Adelante Andalucía), Juanma Moreno (PP-A) y Juan Marín (Cs). / AGENCIAS

Madrid

Comienza el carrusel electoral. Al igual que pasó desde las elecciones europeas de 2014 y que culminaron en las elecciones generales de 2015, todo empieza en Andalucía. El próximo 2 de diciembre los más de ocho millones de ciudadanos de esta comunidad están llamados a renovar los 109 diputados de su Parlamento. Vamos a intentar desgranar a continuación qué cosas sabemos y las que no sabemos sobre estas trascendentes elecciones.

1. La fecha y la participación electoral

Las legislaturas en Andalucía duran 4 años, lo mismo que en el resto de España. Sin embargo, esta comunidad ha tenido históricamente algo distintivo. Dado que accedió a la autonomía por la vía rápida (art. 151 C.E.), su presidente/a puede disolver de manera autónoma el Parlamento cuando lo considere adecuado. Antes esto sólo lo podían hacer Andalucía, Cataluña, País Vasco y Galicia, pero hoy también lo pueden hacer otras autonomías como, por ejemplo, la Comunitat Valenciana.

Esto ha sido importante porque permite a San Telmo hacer un uso estratégico de la convocatoria. En ocasiones las andaluzas se han realizado de manera autónoma, en otras se ha hecho de manera simultánea a las elecciones generales. Cuando las elecciones se hacen simultáneas suele ocurrir una doble dinámica. De un lado, que el debate andaluz se ve más distorsionado por el debate nacional – lo que a veces suma o resta, según el contexto. Del otro lado, que la participación en Andalucía tiende a ser mayor, en promedio, dado que al percibirse que las elecciones generales son más importantes los votantes cogen ambas papeletas cuando se acercan al colegio electoral.

Evolución histórica de la participación en elecciones andaluzas. / JESSICA GÓMEZ

La convocatoria realizada por Susana Díaz buscaba, en palabras de su presidenta, tener "acento andaluz", por más que, sin duda, vayan a tener importantes implicaciones para el nivel nacional. En todo caso, que no sea concurrente ya apunta que la participación electoral es más probable que se mueva en los umbrales más parecidos a 2015 que a 2008. Así ha sido en las últimas dos elecciones: cuando José Antonio Griñán recurrió a una convocatoria en 2012 para evitar que le arrastrara el castigo al gobierno socialista o en marzo de 2015 cuando la ruptura del acuerdo de Susana Díaz con IU hizo que convocase elecciones para coger con el pie cambiado a los nuevos partidos.

2. Los resultados electorales y la batalla provincial

Las elecciones autonómicas andaluzas comienzan en el año 1982 y desde entonces el PSOE ha sido la fuerza más votada en todas salvo en las elecciones de 2012, en las que lo fue el Partido Popular. Una pauta común ha sido que desde 2008 los apoyos al PSOE no han dejado de menguar tanto en votos como en escaños. Sin embargo, en 2015, incluso con menos votos, pudo mantener 47 diputados gracias a la posición relativa de los otros partidos. De igual modo, pero mucho más acusado, el Partido Popular perdió en 2015 en torno al 30% de los votos, regresando a niveles de apoyo de los años noventa. Por lo tanto, lejos de un suave declive, los populares han sufrido una caída mucho más brusca.

Evolución de los votos por partido en las elecciones andaluzas. / JESSICA GÓMEZ

El parlamento andaluz siempre se ha caracterizado por tener un sistema de bipartidismo imperfecto. Hasta 2004 tanto el Partido Andalucista como IU obtenían representación, en ocasiones siendo decisivos para la gobernabilidad de la comunidad. En 2015 Andalucía anticipa la entrada de Podemos y de Ciudadanos en el resto de España con 15 y 9 diputados respectivamente. A diferencia de lo que ocurrió en la mayoría de las asambleas autonómicas de régimen general (a excepción de Asturias), la IU de Antonio Maíllo no fue barrida por la emergencia de Podemos y mantuvo 5 diputados.

Sin embargo, este balance general no debería hacernos perder el foco de que la batalla en Andalucía no es una sino ocho: cada una de las provincias. En general, el PSOE en su periodo hegemónico ganaba en todas, pero el Partido Popular ha podido imponerse ya desde los noventa en MálagaAlmería y Granada aunque con vaivenes, La gran excepción ha sido la elección de 2012, en la cual el Partido Popular se impuso también en la mayoría de provincias.

Evolución del voto por provincia desde las elecciones de 1982 hasta las de 2015. / JESSICA GÓMEZ

Si se analiza el resultado para cada uno de los partidos, tanto PSOE como PP han obtenido siempre representación en todas, lo mismo que le pasó a Podemos en el año 2015. Sin embargo, Ciudadanos no fue capaz de conseguir diputado en la provincia de Jaén mientras que Izquierda Unida en las pasadas elecciones no los pudo obtener por Almería, Huelva y Jaén. Si nos centramos en el último escaño que se repartió en las elecciones andaluzas de 2015, mientras que el PP ganó el último escaño en liza en Almería y Córdoba, el PSOE lo hizo en Málaga, Jaén, Huelva, Granada y Cádiz. Finalmente, fue Ciudadanos el que consiguió el último en juego en Sevilla.

Esto no significa, ni mucho menos, que sólo esté en juego estos últimos (el escenario está mucho más abierto) pero nos da una idea de en qué provincias cada partido juega a defender diputados o a ganarlos, especialmente a costa de quién.

Últimos escaño que se repartió en cada provincia en las elecciones andaluzas de 2015. / JESSICA GÓMEZ

3. Los sondeos y las transferencias de voto

De momento los principales sondeos publicados apuntan una regularidad: en todos ellos el PSOE se perfila como la fuerza más votada, normalmente con unos niveles de apoyo lo suficientemente magros como para que no se puedan conformar coaliciones de gobierno alternativas, pero lejos de la mayoría absoluta. Susana Díaz tiene muchas opciones de ser la candidata en mejor posición para intentar formar gobierno. Sin embargo, ahí terminan las coincidencias en los sondeos y comienzan las incógnitas.

Andalucía la primera autonomía en la que se va a contrastar la fusión entre Podemos e Izquierda Unida en una plataforma conjunta, Adelante Andalucía desde el fiasco de esta fusión en las generales de junio de 2016. De momento la mayoría de los sondeos señalan que esta fórmula en el caso de Andalucía sí que permitiría combinar la representación de ambos partidos, pero la incógnita sigue ahí. Teresa Rodríguez se ha enfrentado abiertamente a la dirección nacional y ha articulado una fórmula propia, así que si fuera capaz de conseguir un resultado equivalente a la suma de ambos partidos podría leerse como un éxito en un Podemos que cotiza a la baja en las encuestas.

Comparativa de los resultados en las elecciones andaluzas de 2015 con tres sondeos privados publicados hasta ahora. / JESSICA GÓMEZ

Del otro lado, la mayoría de sondeos indican que Ciudadanos incrementaría sus niveles de apoyo respecto a 2015 mientras que el Partido Popular retrocedería en votos y escaños. Esto ha llevado a que se especule con la posibilidad de que Ciudadanos llegue a hacer un sorpasso a los populares, lo que explica la insistencia de su candidato, Juan Marín, en que no volverá a pactar con el PSOE. Esta batalla, además, trasciende Andalucía. En el caso de que Cs mejorara sus expectativas podría catapultarlo en sus apoyos a nivel estatal frente al nuevo Partido Popular de Pablo Casado.

La encuesta preelectoral del CIS en Andalucía apunta que el PSOE sería primera fuerza y podría sacar un número parecido de diputados. Sin embargo, también apunta un triple empate por la segunda plaza (están dentro del margen de error) entre PP, Ciudadanos y Adelante Andalucía y la entrada de VOX por Almería. En todo caso, los datos de la encuesta pre-electoral del CIS ofrecen la oportunidad de comparar las transferencias de voto entre partidos en función de lo que votaron los andaluces en las autonómicas anteriores.

Comparativa de las transferencias de voto entre partidos en función de las autonómicas 2015. / JESSICA GÓMEZ

Aunque las tasas de indecisión son bastante altas, hay algunos flujos que se ven con cierta claridad. El PSOE mantendría una notable fidelidad de voto, aunque tendría un pequeño flujo de pérdidas en favor de Ciudadanos y, algo menos de Ciudadanos. En las filas populares es donde se ve la fuga de voto más contundente, perdiendo un 15% en favor de Ciudadanos y casi un 5% de VOX. También se apunta que los votantes de Podemos en 2015 tienen algo más de propensión a apostar por la nueva plataforma de Adelante Andalucía que los de Izquierda Unida, aunque las tasas de fidelidad también son relativamente altas. En todo caso, este sondeo apunta a mayor volatilidad electoral en el campo de la derecha que de la izquierda, algo que puede ayudar a interpretar la estrategia de los partidos durante la campaña electoral.

4. La gobernabilidad de Andalucía

El sistema de investidura de presidente del gobierno en Andalucía es equivalente al estatal. Es necesario que haya una sesión exitosa en la que el candidato/a obtenga una mayoría absoluta en la votación, 55 votos afirmativos. De no ser el caso, basta una mayoría simple 48 horas después, más síes que noes. En caso de no ser posible conformar gobierno dos meses después de la primera sesión de investidura fallida, se deberá disolver de nuevo el Parlamento andaluz y repetir las elecciones.

Comparativa de la intención de voto en la encuesta preelectoral del CIS y los resultados de las elecciones 2015. / JESSICA GÓMEZ

El gobierno de Susana Díaz se pudo conformar al cuarto intento tras 81 días en funciones desde las elecciones. Esto fue gracias a un acuerdo de investidura con Ciudadanos, que votó a favor, mientras que los otros tres partidos lo hicieron en contra. El acuerdo de investidura de 72 hojas y, sus supuestos incumplimientos denunciados por Ciudadanos, es lo que habría precipitado la actual convocatoria electoral.

Hoy en día Andalucía es, junto a Baviera, la única región de Europa en la cual ha gobernado siempre el mismo partido. En la nueva configuración del Parlamento Andaluz, en teoría, habrá cuatro (o cinco) fuerzas políticas. Por lo tanto, el PSOE deberá intentar persuadir a alguno de los otros partidos de que le permita gobernar – en solitario o bien con un ejecutivo en coalición .

Hasta la fecha, el Partido Popular andaluz no ha aceptado la primacía de la lista más votada en Andalucía, luego no permitirá un gobierno socialista por acción u omisión. Esto sólo hace viables dos vías alternativas para los socialistas. De un lado, que persuada a Ciudadanos para que le retire el veto y le permita gobernar, una suma que es probable que sea suficiente. Del otro, que llegue a un acuerdo con Adelante Andalucía pese a que las relaciones entre sus líderes no han sido las mejores la última legislatura. Si ninguna prospera, los andaluces podrían terminar teniendo que votar de nuevo, dado que Adelante Andalucía tampoco permitirá una vía extremeña, dejando gobernar a la derecha por omisión.

La actual política estatal, muy polarizada, señala a alianzas dentro de cada bloque ideológico. Esto parece que aleja la reedición del pacto PSOE-Cs en la única comunidad autónoma en la que este ha tenido lugar y más aún cuando Ciudadanos parece muy centrado en disputar el espacio de centro derecha al PP. En todo caso, habrá que esperar a ver la correlación de fuerzas resultantes pues es sabido que la política hace extraños compañeros de cama.

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