El test de Putin y la 'putinmesa'

Madrid

¡El test de Putin! ¡Cómo no se nos ha ocurrido antes! Mejor aún: ¡El Test de la Mesa con Putin! Qué ideaza para examinar a quienes deseen acceder a un cargo público. Políticos de todos los sexos, especialistas secundarios, arrojadores altivos de huesos de aceitunas… Si soportas la putinmesa sin despeinarte es que vales para el puesto.

Esa coreografía ofrece incontables posibilidades. El aliento helado del Líder Oso Polar cruzando la superficie, congelando el centro de flores y horadando, por fin, a la presa clavada en el extremo opuesto.

Madre mía. Macron resistió bien y quedaba cálido y expresivo, por comparación.

Pero ahí querría ver, por ejemplo, a algunos de nuestros políticos en campaña. Imaginad a Casado en Moscú. Sentadico en la punta, más allá de Siberia, aldila della steppa, contándole a un Putin con cara de Gulag portátil cómo piensa desarrollar ésta y las campañas electorales que vengan. Es que le veo: manoteando, detallándole a la Efigie del Kremlin las maldades del Gobierno comunista de España:

“¡Son malos pal campoooo! ¡Han prohibido la sopa de remolacha! ¡No le permiten a la crema agriarse! ¡Son separatistas como los ucranos!”

Ay. Nos vendría de cine convencer a Putin para que se dejara utilizar por nosotros. Como prueba de temple, naturalmente. Y con su mesa, como es de esperar.