Bailarán sobre nuestras tumbas
Siniestro Total anuncia que se despiden de los escenarios tras 40 años de carrera: dejan tras de sí una colección de discos apabullante, imprescindible, insuperable, indispensable para entender quiénes somos, de dónde venimos y a dónde vamos
Bailarán sobre nuestras tumbas, por Antón Losada
A Coruña
Si ya nos sobraban las razones para que el día de los enamorados no nos cayera especialmente bien, el San Valentín del 22 nos acaba de dar la razón definitiva para detestarlo de por vida. Este San Valentín es el día elegido por Siniestro Total para hacer su broma definitiva y anunciar que se alejan de los escenarios 40 años después de que se hicieran aquella pregunta que cambió para siempre la historia de la música en España, "¿cuándo se come aquí?", se van.
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Seguro que no se van al Valle de los Caídos, como se fue otro que también aguantó 40 años. La verdad es que no sé a dónde se irán.
Sé que dejan tras de sí una colección de discos apabullante, imprescindible, insuperable, indispensable para entender quiénes somos, de dónde venimos y a dónde vamos. Como éramos en los 80, cuando pensábamos que podíamos cambiarlo todo; como éramos en los 90, cuando descubrimos que el mundo no cambia, que cambias tú; o como éramos de estúpidos y tontos en el arranque de este siglo XXI; o cómo nos ha cambiado la crisis, la pandemia.
No puedo recordar cuántas veces he cantado, tarareado, berreado, aplaudido, una canción de Siniestro Total. Desde El regreso a De hoy no pasa, Menos mal que nos queda Portugal, Ante todo mucha calma, El Monumental (monumental), La historia del blues, el no menos monumental Country and western... Mi favorito, Me gusta como andas, Miña terra galega, el verdadero himno de Galicia.
Sí sé que la música de Siniestro Total me ha hecho la vida mejor y mucho más divertida, porque se puede ser inteligente, decir cosas inteligentes y no ser un coñazo. Por eso no pierdo la esperanza y sé que volverán, aunque sólo sea para bailar sobre nuestras tumbas.