Corazón y vida entre Ucrania y Rusia

Aranda de Duero

La invasión rusa en Ucrania está desvelando a medida que pasan las jornadas situaciones e historias asombrosas que ponen los pelos de punta. Se han escuchado testimonios desgarradores de quienes están viviendo la guerra en primer término, también de quienes la viven desde la distancia; en concreto desde España, con el móvil como único aliado para conocer el estado de sus familiares y amigos. Pero quizá no se han escuchado tanto otras derivadas como la que atraviesa Natalia. Ella ahora vive en Aranda de Duero, pero nació en Ucrania cuando entonces esta pertenecía a la URSS. Sin embargo, se crió, creció y vivió en Rusia, y tiene familia en ambos lugares del conflicto. Por miedo a posibles represalias, nos hemos visto obligados a omitir muchos datos así como mostrar su rostro públicamente. Pero su mensaje es íntegro, verdadero, y estremecedor.

"No puedo dividirme por dos partes", dice, "estoy pasándolo mal". "Es difícil pensar en dos partes; parte de mi familia tiene un sentimiento y vive un horror, y parte de mi familia que vive en Rusia ahora cada día vive una nueva realidad, y no conocen cómo lo pueden pasar más adelante, tienen que pensar en su seguridad, en no poder hablar y decir lo que quieras, no poder actuar como quieras, porque hay represiones; me dicen que ahora si tú vas a manifestarte, cogen y tú pagas una multa, pero el Gobierno quiere hacer una ley donde ya no solo te multan, sino que puedas ir a la cárcel por tres o cinco años. La gente empieza a tener miedo de perder el trabajo, a su familia... Los rusos piensan que este tiempo ya ha pasado, en 1937, y puede volver otra vez", expresa, añadiendo que "los precios de los productos suben, las fábricas y comercios se cierran, la gente se queda sin trabajo".

Natalia firma que en Rusia no se conoce lo que pasa en Ucrania; no llega información real y los medios que no son afines al gobierno de Putin están silenciados. "No conocen la información, solo lo que les llega de mi parte. Yo cojo información desde Ucrania y la mando a Rusia y al revés. En Rusia los canales que no hablan bien del gobierno están cerrados. La televisión y radio ya se dice que tienen censura. Por eso los ciudadanos no entienden la realidad. Por eso cuando paso fotos de bombardeo de Ucrania, dicen en Rusia que es la foto de un videojuego. Mi familia de Ucrania que en estos días yo hablo con ellos y más o menos ellos están 'bien', empiezan a pensar en salir o no del país, porque salir es muy difícil. Y además es un momento en el que una persona no puede tener las cosas claras. No sabes cómo vas a vivir mañana, si es que vives. Es muy doloroso. En Ucrania no se dice nada de las personas que no pueden moverse, ayer hablé con las 'chicas' y lloran porque claro, hay personas que están en la cama y no pueden levantarse, ¿quién debe quedarse y quién irse?", cuestiona.

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Cómo se vive a kilómetros del conflicto

Esta ciudadana con el alma partida, como ella dice, habló una semana antes con un conocido de este conflicto, pero lo vio irreal y lejano, hasta que sucedió. Se sintió engañada de su opinión y sentimiento. Cuando estalló la guerra se tiró días viendo todo tipo de documentales, escuchando a periodistas y politólogos. Pero, ¿cómo se vive a kilómetros de tus dos países sabiendo que están enfrentados? "Ahora empiezo a analizar y entiendo que los primeros días es para tener la cabeza bloqueada, solo tienes miedo de la familia de Ucrania. Te preguntas cómo es posible la invasión, si tienen corazón, si no... Pero empiezo a analizar situaciones viendo entrevistas de politólogos y de parte de canales de televisiones en Ucrania. Estuve cinco días en esta situación, analizando, viendo, llamando a mi familia. Cada día había bombardeos y escribía 'cómo estás'. También en Rusia, donde tienen miedo de que haya espías que controlen tus movimientos o palabras", asevera.

¿Siente rechazo por ser considerada rusa?

"No", responde. "Yo digo que no tengo esta fobia, yo tengo dos partes de mi corazón, de mi alma, y la gente no me dice nada malo. Pero sí vemos todos en televisión que hay algunas personas rusas o niños que empiezan a tener esta rusofobia. Y también hay gente que trabaja y quiere hacer su vida mejor y sale de Rusia, porque quiere algo mejor. En España tú te sientes bien, libre. Hay leyes, que con ellas vives. En este momento pienso que tenemos que tener corazón caliente pero cabeza fría para entender que esta situación puede pasar con personas que están aquí viviendo en España pero pueden tener origen de otros países y venirse aquí", asegura, refiriéndose a quienes no vean con tan buenos ojos a los refugiados.

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Cómo podemos ayudar

"Ahora con ayuda humanitaria. Ropas para mujeres, niños... Pero ropas calientes porque allí es invierno. Nada de ropas antiguas o zapatos de verano. Porque hay mucho frío y muchos viven en la calle, a no sé cuántos grados bajo cero. No podemos sentarnos y solo pensar, en este momento debemos hacer lo que podamos desde aquí, organizarnos y ayudar concretamente. En Cruz Roja hay cuentas bancarias donde se pueden dejar donaciones y también por ejemplo si alguien quiere dar ropa, comida... Nuestras palabras ayudan mucho también, ellos se alegran mucho de saber que todo el mundo está siendo consciente y está viendo lo que realmente está sucediendo en Ucrania", sentencia Natalia, con un claro mensaje. "Debemos entender a nuestras culturas, es algo que yo entendí al llegar a España. Pido paz, sí a la paz, no a la guerra. Viva España, viva Ucrania, y viva Rusia".