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Camavinga: "En mi primer entrenamiento casi vomito"

El joven jugador del Real Madrid explica en una entrevista su adaptación a la plantilla de Carlo Ancelotti

Eduardo Camavinga es uno de los pocos jugadores que recalaron en el Real Madrid este verano. El joven francés de 19 años, que llamó la atención en la casa blanca por su gran talento y sus actuaciones en la liga francesa con el Stade Rennais, está cogiendo protagonismo para Ancelotti. Las últimas bajas en el conjunto madridista han hecho que Camavinga tuviese un papel importante en los partidos ante la Real Sociedad y el PSG. "Está Casemiro jugando en mi posición e intento aprender mucho de él tácticamente. Antes de los partidos, cuando soy titular, Casemiro me dice que juegue de manera simple y que sea eficiente. También están Luka Modric y Toni Kroos. Aprendo mucho del trío, porque puedo jugar en cualquier parte del centro del campo y debo aprender de todos para el momento en el que el míster me coloque en el terreno de juego", ha destacado el jugador en una entrevista en 'One Football'.

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Uno de los partidos que más se recuerdan de este jovencísimo futbolista es el que hizo con tan solo 16 años ante el PSG, cuando aún militaba en el Rennes. "Fue uno de mis primeros partidos como profesional. Nos preparamos para hacerlo bien y, por supuesto, tras el partido recibí una locura de mensajes. Hasta mis padres me felicitaron. Al día siguiente me decía: '¡Lo que hiciste fue una locura!'. En ese momento no me había dado cuenta de lo que había hecho", ha explicado el francés. Camavinga ha señalado que ese partido para él fue "uno más" pero que para el resto del mundo hizo que cambiase "la forma en que todos me veían". Hice un gran partido, sí, pero no puedes quedarte con eso porque luego vienen más encuentros y tienes que seguir rindiendo a buen nivel", ha continuado.

Todo tuvo un periodo de adaptación: "En mi primer entrenamiento... Lo pasé mal físicamente (...). Creo que casi vomité, hicimos muchísimas cosas, pero me adapté". El duelo ante el PSG le transformó de una promesa a una realidad, y fue ahí cuando el Madrid puso la lupa sobre él. "La primera vez que escuché que el Madrid estaba detrás detrás de mí no saltamos de alegría, porque sabemos que en el fútbol nada es seguro. Después, cuando vimos que el interés era real, saltamos de alegría. Es un club donde todo el mundo quiere jugar. Desde el momento en el que firmas el contrato entras en una nueva dimensión", ha explicado.

Su actuación en Champions con el Madrid le recuerda a las finales del equipo blanco: el cabezazo de Bale en la final contra el Atlético, el gol del galés contra el Liverpool. "Momentos que quedaron grabados en mi cabeza", ha subrayado Camavinga que no siente presión cuando le preguntan por la Decimocuarta. "No diría presión, es algo que te impulsa. Sabes donde te metes, en un club que ha ganado 13 Champions Leagues. Sabes que es el objetivo del club. Sabes que cuando juegas en la Champions debes darlo todo para ganar la Decimocuarta". Pero el francés tiene los pies en el suelo. "Lo primero que aprendes como futbolista es que el fútbol es implacable. Puedes estar arriba y arriba rápidamente. Hay que ser consistente. Soy muy duro conmigo mismo (...) Si hago un buen partido, pero cometo algún error, me los quedo en la cabeza. Hablo de ellos o me veo de nuevo en el partido. Tengo una aplicación que te permite ver todo eso. Pero yo prefiero ver el partido y luego discutirlo con mi agente".