"No hay trabajo para todo el mundo": Santiago Niño, sobre la situación productiva de España

Madrid

El mes de marzo cierra en España con una inflación del 9,8%, la cifra más alta desde el pasado año 1985. "Es una perdida de poder adquisitivo para un megamontón de personas", refleja Santiago Niño, que sostiene que estamos viviendo "el fin de un modelo" y el nacimiento de otro "más desigual". La pandemia y la guerra de Ucrania han, dice Niño, precipitado ese cambio que ya reflejan las cifras. "Estamos viviendo a base de créditos", advierte el experto.

"No hay trabajo para todo el mundo", anuncia Niño. España, sostiene, ha ido "perdiendo productividad". Un paradigma que se puede observar, según expresa Santiago, en los precios de los productos: "Los precios se han multiplicado, pero la producción no ha crecido". Es decir, los salarios no han incrementado de manera proporcional. "La demanda de trabajo era más alta antes", explica.

¿Futuro?

"La normalidad, cuando el virus haya pasado, consistirá en vivir en una sociedad sesgada, con un desempleo estructural significativo, y sobre todo, con un subempleo muy elevado como consecuencia de una demanda de trabajo según necesidad, y una creciente desigualdad provocada por la concentración de la riqueza. La única manera de compensar esta situación será implementando lo que puede denominarse el Trinomio Social: renta básica, marihuana legal y ocio gratuito", escribe el economista en su libro 'Futuro, ¿qué futuro?, editado por Ariel, que salió al mercado el pasado 23 de marzo.

Al igual que en la película Don't Look Up, que el experto cita al final de su libro, el cohete de ese cambio a todos los niveles y a gran velocidad tiene, según Niño, espacio para "pocas personas".

Una sucesión de cambios de ciclo que, según el economista, provocaría, en algún momento entre los años 2060 y 2070 el fin del sistema capitalista. Un panorama que, de continuar, derivaría a su vez y a posteriori, en "una fase muy negra". "No es la primera vez que pasa, parece ser que los seres humanos no sabemos hacer las cosas de otra manera", reconoce el también profesor universitario.

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La pesadilla de los jóvenes

"Hoy a mis 29 años vivo sin posibilidades. No me malinterpreten: tengo estudios, experiencia laboral, actualmente trabajo (aunque no llego ni para vivir sola ni alquilar una habitación), pero mis posibilidades de vivir son nulas. Estoy condenada a ver cómo la vida pasa inexorablemente segundo a segundo, día a día sin conseguir nada más que añadir un tachón al calendario (...) Todos nosotros (los jóvenes adultos) estamos viendo cómo la vida se nos escapa y a nadie parece importarle que estemos obligados a trabajar 13 horas al día por un salario que no sube de los 15.000 euros anuales por más que lo pidamos, que no tengamos posibilidades de emancipación, de ser madres y padres, de vivir", señala Silvia Fernández en la carta a la directora publicada hoy en El País.

Es, al igual que una carta similar recogida en su libro, desarrolla Niño, "el grito de las personas que no pueden hacer aquello que, por pura lógica, tienen que hacer: generar PIB y tener una nómina".