El expresidente de la Generalitat de Cataluña Carles Puigdemont anunció este martes que llevará ante la justicia al Estado español por los casos de espionaje de más de 60 dirigentes independentistas con el sistema de ciberespionaje Pegasus, junto al líder de ERC Oriol Junqueras. El caso fue desvelado este lunes por The New Yorker, que asegura que es un sistema que solo pueden comprar gobiernos. «A nivel legal denunciaremos a varios niveles y en varios países europeos el espionaje masivo», dijo Puigdemont en una rueda de prensa en el Parlamento Europeo en Bruselas. La denuncia será ante un tribunal de Barcelona y también ante las autoridades judiciales de Bélgica, Suiza, Alemania, Francia y Luxemburgo. Puigdemont y Junqueras han exhibido públicamente este martes sus discrepancias sobre el diálogo y la colaboración con el Estado. Para el expresidente catalán, la revelación de este «espionaje masivo» debe conllevar «consecuencias políticas» inmediatas, de manera que «el conjunto del independentismo debe orientar sus acciones de acuerdo con esta realidad»: «Esto cambia muchas cosas», ha subrayado. «Es evidente que no hay diálogo y, en cambio, sí hay muchas evidencias de una violación masiva de derechos fundamentales. No se entendería que después de este escándalo las cosas siguieran igual y se continuase confiando en un Gobierno que forma parte de esta trama criminal», ha advertido. La afirmación de Puigdemont concuerda con la postura crítica de su partido, JxCat, hacia la estrategia de ERC de ofrecer apoyo en las Cortes al Gobierno de Pedro Sánchez y mantener una mesa de diálogo que no es avalada por una parte del independentismo que reclama reactivar la vía unilateral. A los comentarios de Puigdemont ha respondido de inmediato Junqueras, sentado a su lado, con un pronunciamiento favorable a mantener esta vía de diálogo reactivada en septiembre y que sigue pendiente de cerrar una fecha para su próxima reunión. Según Junqueras, el Estado español «no se merece» enarbolar en solitario la bandera del diálogo, por lo que no sería una buena idea «cedérsela» ahora: «No se la regalaremos en ningún caso», ha dicho. Junqueras ha recalcado que la vía de la negociación «es una herramienta útil» y «tarde o temprano será utilizada» para resolver el conflicto catalán. Además, ha argumentado, estratégicamente al independentismo le interesa seguir sentado a la mesa de diálogo en un momento como ahora, para «convencer a la comunidad internacional» sobre cómo actúa cada una de las partes. A su juicio, quien ahora «acumula capital político a ojos de la comunidad internacional» es «sin duda el independentismo» catalán, por lo que no debe abandonar la mesa de diálogo. Puigdemont, en cambio, ha seguido insistiendo en que el caso de espionaje «cambia las cosas» y ha recordado que los socialistas son «el partido del 155», que hizo posible la aplicación del artículo de la Constitución por parte del Gobierno de Mariano Rajoy para suspender la autonomía catalana en octubre de 2017. «El conjunto de la política catalana debe tomar una decisión respecto a esto. Delante tiene un Estado que nos quiere desnudos», ha denunciado.