“Es una lástima que así sea el sueño europeo”: el amargo sabor de los temporeros latinos en la recolección de la fresa
Medio millar de ciudadanos ecuatorianos y hondureños forman parte de un programa piloto de contrataciones en origen para recolectar frutos rojos en Huelva. Los primeros participantes se muestran decepcionados por las condiciones que esperaban encontrar en nuestro país
Invernaderos de fresas donde se trunca el sueño europeo
Nelson Manueles dice que nunca olvidará el día en el que lo seleccionaron. Entre miles de candidatos, él fue uno de los 250 ciudadanos hondureños elegidos para venir a España a trabajar en la recolección de la fresa en Huelva. Entonces hizo números: en seis meses en España ganaría el sueldo de todo un año en Honduras. El cálculo le salía a cuenta, y con ese dinero soñaba con construir su propia casa y terminar de pagar algunas deudas. La realidad que se encontró al llegar no se correspondía, sin embargo, con lo que había imaginado. “Cuando hablo por teléfono con mi mujer, me dice: ‘Si así es el sueño europeo... qué lástima”.
“Allí nos hablaron del salario bruto, 51,09 euros al día, y aquí nos encontramos con que entre impuestos y seguros nos deducen casi el 7% mensual de lo que ganamos”, se queja Jesús Abraham Moncada, otro de los jornaleros hondureños contratados para esta campaña en Huelva. Ambos forman parte de un proyecto piloto del programa de gestión colectiva de contrataciones en origen (GECCO), que cada año emplea durante aproximadamente seis meses a más de 12.000 mujeres marroquíes en la campaña de la fresa en Huelva. En esta ocasión, como novedad, se suman al programa medio millar de ciudadanos ecuatorianos y hondureños.
Decepción en los invernaderos de fresas
Manuel Piedra, secretario general de la Unión de Pequeños Agricultores (UPA) en Huelva, viajó a Ecuador para seleccionar al personal. Cuenta que se presentaron más de 32.000 candidatos, entre los que eligió a 250 personas basándose en criterios personales y laborales. Buscaba, entre otras cosas, recolectores que tuvieran algún tipo de carga familiar para que el salario español repercutiera en toda la unidad familiar, además de hombres y mujeres que contaran con nociones de agricultura.
Las condiciones del programa de contrataciones en origen están claras: el empresario se hace cargo del coste del billete para venir a España; los trabajadores cuentan con alojamiento gratuito donde viven entre seis y ocho personas cerca de los campos de fresas; las jornadas son de seis horas y media, y al acabar la campaña los jornaleros deben regresar a su país de origen. El transporte de vuelta corre a cargo de los recolectores, así como el coste de la compra semanal y un abono de agua y luz en la vivienda que no todos los empresarios cobran.
Manuel Piedra: "Si tan mal lo hacemos, ¿por qué repiten cada año?"
"Yo estoy satisfecho por haber dado una buena información en Ecuador sobre las condiciones de trabajo. Dijimos literalmente lo que se les iba a descontar en impuestos y seguros, pero algunos no están acostumbrados a cotizar en sus países y la información puede que haya sido distorsionada por alguna persona", justifica Piedra para explicar el descontento de algunos trabajadores. El convenio del programa de contrataciones en origen establece también que, aunque los recolectores no puedan salir a trabajar un día porque, por ejemplo, hace mal tiempo, igualmente deben cobrar como mínimo un 75% del tiempo de trabajo habitual en el sector. Ocurre, sin embargo, que este recuento se lleva a cabo al acabar la campaña, y mes a mes tan solo cobran las jornadas realmente trabajadas. "Yo pensaba que ganaría el doble que en Honduras, pero en marzo he cobrado mucho menos de lo que esperaba... no gano nada", se queja Óscar Rolano, trabajador hondureño.
Para Norma y Alexandra, que vienen de Ecuador, lo más duro es pasar seis meses lejos de sus familias. Es la primera vez que ambas se separan de sus parejas e hijos, pero confían en que el esfuerzo finalmente sí les valga la pena económicamente para poder construir sus propias casas y ayudar a unas familias especialmente vulnerables.
Norma y Alexandra: "La necesidad obliga"
Valentina Rojo Squadroni
Uruguaya de nacimiento, catalana de adopción...