Racismo enológico... (con perdón)
Hace años que en cuestión de vinos me estoy quedando “en blanco”; me siento un poco “racista”. Adoro la diversidad infinita que ofrecen los vinos blancos. Les propongo algunas novedades con este color allende nuestros finos y manzanillas que son -por supuesto- los mejores del país
Madrid
Afortunadamente se van quedando lejos y obsoletas aquellas rancias aseveraciones, una de las cuales rezaba así: “El mejor vino blanco es un tinto”. No dejo de repetirlo aún a riesgo de parecer pesada. Ni tampoco dejo de repetir que los mejores vinos blancos españoles son los vinos y las manzanillas. Pero hay otros blancos también muy guapos e interesantes. El universo blanco es infinito y no quiero parecer racista pero… ¡me encantan los blancos!
Quisiera trasmitirles algunas novedades que se cuecen con este color. Por ejemplo, los propietarios de la firma más emblemática del país, la mítica Vega Sicilia, al cumplir los 40 años de su adquisición –la bodega tenía muchos más pero había pasado por diferentes manos- se decidieron a revelar su proyecto blanco. La familia Álvarez compró Vega Sicilia a su último propietario, un empresario venezolano, el 15 de abril de 1982. Debemos recordar que la bodega fue fundada por Eloy Lacanda prácticamente 120 años.
Los plumillas de las cosas del beber llevábamos años preguntando a la propiedad que… :¿Para cuándo el gran blanco de España, ese blanco con la firma Vega Sicilia? En honor de la verdad, hace algunos años ya hubo un claro intento de adquirir una bodega en Jerez, concretamente Maestro Sierra, pero no se llegó a ningún acuerdo, por diferentes razones.
Pero…¡¡ya tenemos fumata blanca para Vega Sicilia!! Serán dos blancos, gallegos -no de Jerez de la Fontaneira (chiste fácil)- sino de Rias Baixas, de uva albariño y de alta gama, con crianza ambos de dos y tres años, como corresponde a una paternidad tan importante. Las criaturas ya han sido bautizadas aunque no han nacido aún. Están incubándose. Deiva es el nombre elegido para el más joven – dos años- y Arnela, el premium, con tres años de crianza. Hasta 2025 no estará el primer Deiva en el mercado. Arnela, lógicamente un año más tarde. Habrá que esperar.
La construcción de la bodega se está llevando a cabo en Crecente, cerca de la frontera de Portugal, en la provincia de Pontevedra, y ya se han adquirido 23 hectáreas de viñedo en producción desde hace varios años, es decir, cepas de una edad considerable y con los años precisos. (Y si la bodega más importante del país apuesta por el blanco, comprenderán ustedes que tengo toda la razón del mundo en insistir en las virtudes de este color).
Otra gran familia blanca, hasta hace poco parte tiempo parte importante en la dirección y consejo de administración de la muy conocida firma Freixenet, los hermanos Bonet Ferrer, también apostaron al blanco. Cuando varios accionistas de la conocida firma vendieron a un grupo alemán, se decidieron por otras uvas blancas, esta vez muy castellanas, muy vallisoletanas. Apostaron por la ínclita y ubérrima verdejo. Sus vinos son los blancos que más se venden en España sin lugar a dudas -ya quisiéramos los jerezanos colocar nuestros blancos en las barras de todos, todos, los bares del país- . Adquirieron la bodega Castelo de Medina, ya con un considerable prestigio y lo han elevado a la pole position. Puestos a apostar por el verdejo, se apuesta en toda regla, y han invertido en aumentar el viñedo que de por sí ya tenía la bodega adquirida con una parcela muy especial. Se trata de 1 ha escasa de viñas de verdejo con más de 100 años de edad y además, prefiloxéricas y con papeles. Es decir, con la edad del viñedo documentada oficialmente –que en esto de los años las uvas y las señoras mentimos mucho- situada en el término municipal de Hornillos de Eresma. Castelo de Medina Prefiloxérico 2020 es un blanco muy exclusivo, sólo 2.000 botellas, no menos de 80 € cada una. Muy amplio, con mucho volumen, recuerdos de frutas blancas, hinojo, mineral, cierto toque salino y una buena persistencia. Breve crianza sobre lías en barricas grandes de madera y en depósitos de hormigón.
Otro blanco nuevo, éste de la otra Castilla, la manchega, y del Campo de Calatrava, en Ciudad Real. Parajes desconocidos, tierras volcánicas, castillos medievales, historia llena de misterios templarios, de órdenes militares y de caballeros, escenario sin igual para Juego de Tronos… Desde allí, llegan los pocas botellas -unas 3.000- de Maar de Cervera 2021 (maar es un cráter volcánico que se llena de agua; nada que ver con el mar) elaboradas con sauvignon blanc, uva blanca muy francesa, en la bodega situada en la hermosa Encomienda de Cervera, gran finca en la que se elabora vino, aceite y queso desde el siglo XVIII.
Siglos antes que se crearan las Ordenes Militares para la vigilancia y protección de la meseta castellana de las tropas islámicas por las tierras de Calatrava, los romanos ya usaban la llamada «Vía Edetana», que unía Tortosa (Tarragona) con Zaragoza. Fue el nombre elegido por Edetària, una de las bodegas con más proyección de la D.O. Terra Alta que acaba de cumplir 20 años, situada en las montañas de la provincia tarraconense, más conocida ella por sus playas, pero con paisajes de interior, montañas, pueblos medievales… a mi entender bastante más interesantes. Y en cuestión de vinos, ¡la bomba!. Sólo Tarragona tiene ocho DD.OO. diferentes. Edètaria es el paraíso de la garnacha, una uva muy mediterránea que hace años era ninguneada en su versión tinta -y no digamos en la blanca, porque ya saben que los vinos blancos eran de poca importancia…-. Los blancos de esta bodega “boutique” se consideran como los mejores del mundo…!! En 2020 así los calificó la revista Decanter. Y el propio Gobierno de Cataluña ha distinguido a uno de sus vinos blancos, Mas Edetária Selection, como Vino de Finca Calificada, la máxima distinción que puede ostentar un vino en Cataluña.
Y ya que estamos en Cataluña, inolvidable la lección propiciada por la bodega familiar Alta Alella en una cata muy instructiva, de aquellas que sirven de verdad para aprender. Una exclusiva cata con añadas que están en proceso de crianza y que muestran el carácter singular de cada vendimia. Alta Alella 10, como su nombre indica, tiene 10 años de crianza y se trata de un cava super premium. Se probaron las añadas del 2021, 2020, 2019, 2018, 2017, 2015, 2014, 2013, 2012 y 2011, y el recorrido culminó con la del 2010, disponible actualmente en el mercado. Una de ellas será la elegida. Tendres que esperar.
Josep María Busquets, propietario de la bodega familiar y ecológica Alta Alella, incrementó el interés de la cata aportando documentación muy interesante. Sobre todo para los de estas tierras, las nuestras, la de Cádiz. Resulta que el Anís del Mono, que hace años es propiedad de la firma Osborne, y que fue durante años la bebida más vendida… ¡¡ del mundo!! Quisieron, en la segunda mitad del siglo XIX elaborar vinos espumosos con txacoli…
¡¡Blanco sobre blanco!!