Macron ganó este domingo la segunda vuelta de las elecciones francesas con el 58,5% de los votos. Con su reelección, frena el avance de la ultraderecha, como perseguían muchos de los votantes, que acudieron a las urnas exclusivamente con ese fin. Otros muchos manifestaron su descontento quedándose en casa y esta jornada electoral ha dejado un dato muy revelador: no se recordaba una abstención tan elevada desde hace más de 50 años. El 28% de los electores no acudió a votar, la tasa más alta registrada para la segunda vuelta de la Elección presidencial desde 1969. En aquel momento se registró un 31% de abstención, ya que concurrieron dos candidatos de derecha y el Partido Comunista llamaba a no votar ante esa situación. La encuesta realizada por Ipsos y Sopra Steria detalla quién está detrás de esa abstención tan significativa atendiendo a la edad de los votantes, su profesión, su nivel de estudios y sus ingresos. Poniendo el foco en las edades de los votantes no encontramos sorpresas ya que, como ocurre habitualmente, cuanto más años, menos abstención: no acudieron a su cita con las urnas el 41% de los jóvenes de 18 a 24 años, más de un tercio de los de 25 a 34 años (38%) y los de 35 a 49 años (35%), en cambo se abstuvo el 26% de 50-59 años, el 20% de 60-69 años y 15% de mayores de 70 años. Sorprende más cuando nos centramos en la profesión de los entrevistados, con un nivel de abstención equivalente entre directivos (33%), profesiones intermedias (33%), empleados (31%) y trabajadores (33%). De igual forma, tampoco hay diferencias significativas según el nivel de estudios: se registró el 28% de abstención entre los no graduados de licenciatura, el 28% entre los que abandonaron sus estudios en el bachillerato, el 30% entre bachillerato +2 y 27% para bac+3 y más. La abstención decrece según va aumentando el nivel de ingresos: se alcanzó un 40% de abstención dentro de los hogares con menos de 1.250 euros mensuales, un 32% en la categoría de 1.250-2.000 euros, un 25% en la categoría 2000-3000 euros, y un 22% entre los que ingresas más. En términos de proximidad partidista, el 43% de los votantes de Francia Insoumise que lidera Jean-Luc Mélenchon se abstuvieron y suponen casi el doble que todos los demás. En general, la movilización fue favorable a Macron; solo se abstuvo un 9% sus votantes, en cambio sí lo hizo el 19% de los simpatizantes de Agrupamiento Nacional de Le Pen y un 22% del otro partido de ultraderecha, la Reconquista, liderado por Éric Zemmour. También hay una diferencia significativa si nos fijamos en la «satisfacción con la propia vida» de los votantes: entre los que dicen estar «satisfechos» hubo un 21% de abstención frente al 37% entre los que no lo están. Además, el 38% de los encuestados que dice pertenecer a clases populares o desfavorecidas se abstuvo frente al 31% de los que están en estratos más acomodados o privilegiados. En relación con la situación financiera de los votantes, el 35% de los que se abstuvieron aseguran que «logran apartar mucho dinero» y el 34% de los que se quedaron en casa «viven de sus ahorros o gracias a uno o más créditos», por lo que ahí tampoco hay diferencias. Más allá de la abstención, casi las tres cuartas partes de las personas inscritas en las listas electorales acudieron a votar para asentar una clara victoria de Emmanuel Macron. Esta se fraguó sobre el voto de los más mayores: el 59% las personas entre los 60 y los 69 años le eligieron, así como el 71% de los mayores de 70 años. Aunque los jóvenes votaron menos, el equilibrio de poder también es muy favorable a Emmanuel Macron entre los más jóvenes: el 61% de los votos emitidos en la categoría de 18 a 24 años eran para él. Entre los 25 y los 60 años, los votos entre Macron y Le Pen estuvieron más igualados.