Un importante problema de seguridad en este país

La legislatura se ha tensado hasta un punto que hace difícil imaginar qué puede pasar a partir de ahora. Las explicaciones que dio ayer la directora del CNI confirmaron el espionaje al ahora president de la Generalitat y a otros 17 líderes independentistas con el aval judicial. Estas explicaciones, lejos de apaciguar los ánimos, sirvieron para todo lo contrario, para complicar todavía más las cosas. A los partidos independentistas, socios parlamentarios del Gobierno, no les convencieron los argumentos, y el Gobierno dice que no tenía conocimiento de las escuchas porque, ni siquiera, Pedro Sánchez sabe a quién espía el CNI.

Los independentistas quieren saber más, quieren saber el papel del Gobierno en este episodio, quieren saber el motivo por el que el CNI decidió espiar a quien era en ese momento vicepresidente de la Generalitat de Cataluña mientras se les buscaba como posibles socios y para relanzar la negociación tras el procés. Sin estas explicaciones se presenta muy difícil que pueda reconducirse la relación. Esquerra formalmente no ha roto con el Gobierno de Pedro Sánchez, pero está a punto de hacerlo a no ser que las cosas den un giro de 180 grados. Y no parece que vaya a ser así.

Sigue sin aclararse tampoco el gravísimo episodio del espionaje al presidente del Gobierno y a la ministra de Defensa. El giro de guion que dio el Gobierno al anunciar lo que otros gobiernos europeos han silenciado. Así que ya no estamos hablando solo de un conflicto entre el Ejecutivo y los independentistas, estamos hablando ya de un importante problema de seguridad en este país. Y tampoco en este caso, las explicaciones, pocas, que se están dando contribuyen a la tranquilidad de los ciudadanos.

Nadie cuestiona que en todos los estados hay una zona de sombra en la que se debe velar por la confidencialidad y el secretismo, pero una vez que salen a la luz algunas de las actividades de esta zona, hay que aportar toda la transparencia que sea posible. Las medias explicaciones o los silencios solo contribuyen a crear más incertidumbre y esto puede hacer pensar a los ciudadanos que se les está ocultando algo.