La defensa de Carlos Sainz vale un podio
El de Ferrari resiste a Pérez para volver al tercer escalón del podio en la victoria de Verstappen en Miami. Fernando Alonso acaba noveno.
Carlos Sainz tenía su oportunidad. Pero como en Yeda, la sombra de Leclerc cerró la puerta que se le abrió a Max Verstappen para adelantarlo por el exterior. Mad Max va paso a paso. El campeonato del mundo le ha liberado de ese nerviosismo y esa precipitación que lo nublaban. Frío y analítico, espera su oportunidad. La volvió a encontrar ante la degradación de Leclerc en el neumático delantero derecho. Mad Max sacó las pegatinas al Ferrari en ritmo y gestión de la carrera. Ni la compatación del Safety Car final ni el papel de cazador en el que se vistió Leclerc fueron suficientes. Victoria intachable para el neerlandés, que ya sólo tiene al piloto de Ferrari a 19 puntos. Tres victorias y dos abandonos después, Verstappen va a por el bicampeonato.
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El trazado de Miami, veloz y castigador, fue más lo primero que lo segundo. Sin banderas rojas ni Safety Car, el espectáculo lo dio la zona media de la tabla que ni tan siquiera luchaba por puntos. El accidente de Gasly y Norris provocó el Safety Car que trajo en diez vueltas la emoción a la carrera que no había tenido en las otras 40. En forma de sufrimiento para Sainz, que tuvo que torear con el neumático medio nuevo de Pérez. Cambios de trazada y una búsqueda desesperada de cada piano con las que logró aguantar el podio. Después de la fría oscuridad que sufrió con los dos abandonos de Australia e Imola, el madrileño 'gana' un cargado de valor. Luchó como un guerrero.
La cabeza de carrera fue tiranizada por Verstappen, Leclerc y Sainz, que se acercó a su compañero de equipo como nunca un domingo, pero que como siempre, no pudo amenazarle. En este fin de semana, los españoles sufrieron otro mal, la parada en boxes. Sainz y Alonso se quedaron más de cinco segundos clavados por un error de sus mecánicos en el ajuste de los neumáticos. A contracorriente desde el ecuador de la carrera, les tocó remar. Entre el tercero del madrileño y el noveno del asturiano pasaron muchas cosas. Entre ellas, la toma del tercer escalón de Mercedes, pequeña batalla entre Russell y Hamilton incluida, que de nuevo cayó del lado del 'rookie'.
Alonso, a caballo entre la magia, el error ajeno y el propio
Fernando Alonso dejó de lado la frustración para volver a sacarse de la chistera una salida de las que quitan la respiración. Arrancó undécimo, teórico décimo por la salida de Stroll desde el pit lane, y acabó la primera vuelta séptimo. Cuando el resto del mundo frena, él acelera por fuera llevando al Alpine al límite de la trazada. Tocó rueda con Hamilton, aunque el heptacampeón le devolvería el adelantamiento y se tomara revancha con Gasly, el tapón que le dejó sin aire en Imola. Ahora le tocaría a Alonso arrastrar con la penitencia del Alpha Tauri y su velocidad punta.
Sin poder adelantar, probó el undercut. 5,7 segundos de parada en boxes casi lo tumbaron. Logró levantarse hasta alcanzar a Gasly, pero ahí fue donde falló él. Se lanzó hacia el francés, bloqueando y golpeándolo hasta tirarlo fuera de la pista y ganar su posición. El francés quedó tocado, el asturiano investigado y sancionado con cinco segundos. De su toque, surgió la agitación final de la carrera que luego repercutiría en Norris. Al final, un noveno puesto y dos puntos después del caos en el que se vio enfrascado. La penalización sólo le quitó posición con Ocon.
Juan Antonio Requena
Estudiante de periodismo. Antes en Diario AS. Ahora aprendiendo en SER Deportes