Antonio Arenas: "Con la pandemia, la sociedad ha tomado conciencia de la importancia de las zoonosis"
El decano del Colegio de Veterinarios reivindica más fondos para el futuro Centro Andaluz de Investigación en Enfermedades Emergentes de Córdoba, que se encuentra en fase de reclutamiento de científicos
Córdoba
Enero de 2020. Europa mira incrédula las primeras noticias que llegan desde China sobre una nueva enfermedad gripal y bromea sobre su origen. Semanas después, la Organización Mundial de la Salud declaraba pandemia mundial la infección por coronavirus SARS-CoV-2 y apuntaba a un término desconocido para muchos: con toda probabilidad, la infección que se ha cobrado ya 110.719 vidas solo en España, se trataba de una zoonosis.
El Ministerio de Sanidad las define como cualquier infección transmisible de manera natural entre los animales y las personas, directa o indirectamente. Pueden producirse a través de la alimentación, mediante el contacto directo con algún animal o a través de un vector de transmisión —una especie 'intermediaria'— como, por ejemplo, los mosquitos con la Fiebre del Nilo.
Las sospechas sobre que el coronavirus hubiera 'saltado' a los humanos desde el pangolín o el murciélago pusieron las zoonosis en el foco mediático, pero en el científico ya llevaba muchos años. Las propias autoridades sanitarias advierten que en las últimas décadas "venimos asistiendo a un incremento del número de casos, especialmente por la globalización, que conlleva un aumento del tráfico internacional de mercancías y personas y, por tanto, una mayor facilidad de transmisión".
Aunque también juegan un papel relevante la intensificación de las producciones agroganaderas, nuevos hábitos alimentarios, el contacto de la fauna salvaje con animales domésticos, el desarrollo de técnicas de conservación de alimentos que permiten la proliferación de microorganismos o la resistencia de algunas bacterias a los antibióticos.
Antonio Arenas es catedrático de Sanidad Animal en la Universidad de Córdoba, vicepresidente de la Asociación de Epidemiología y Medicina Preventiva Veterinaria y decano del Colegio Oficial de Veterinarios de la provincia. Lleva una vida entera dedicada al estudio, prevención y tratamiento de las enfermedades zoonóticas y así lo detectó la Consejería de Salud de la Junta de Andalucía, que con los primeros casos de Covid-19 en la región, llamó a Arenas para formar parte de lo que se ha llamado 'el Comité de Expertos'.
Ha sido parte del grupo que 'susurraba' en la oreja del presidente de la Junta de Andalucía qué decisiones tomar para contener una pandemia, ¿cómo ha vivido esa experiencia?
Profesionalmente ha sido muy enriquecedor, pero personalmente muy agotador y muy duro. En mi caso llevo cuarenta años en la universidad impartiendo clase sobre enfermedades infecciosas, así que estoy muy orgulloso de que decidieran contar conmigo.
Los veterinarios han reivindicado su importancia en la gestión de esta crisis, manifestando incluso que no se estaba contando con ellos...
No ha sido así en Andalucía, pero es cierto. Los veterinarios proponemos otro punto de vista, porque somos la profesión que más ha analizado el origen de las grandes epidemias y pandemias. Digamos que, mientras los médicos analizan la atención personalizada de la enfermedad que requiere cada paciente, nuestra visión es más general.
En este sentido, hemos sido capaces de erradicar la peste porcina africana, la peste equina o la peste aviar, aunque de esta última están apareciendo nuevas variables. Pero también nos hemos enfrentado a enfermedades de gran trascendencia para las personas como la rabia, que es de origen animal.
Sí creo que se ha puesto de manifiesto la importancia de la prevención de enfermedades en la fauna porque en cualquier momento puede producirse el 'salto' a la especie humana.
Y ahora que la Covid-19 parece estabilizada, llega un nuevo caso de zoonosis como es la viruela del mono. ¿Hasta qué punto le preocupa la evolución de los datos que estamos viendo en las últimas semanas, en las que ya se ha notificado una primera muerte en nuestra provincia?
La viruela símica tiene una transmisión mucho más lenta que la Covid-19, el virus es muchísimo más estable y, por lo que sabemos hasta el momento, su expansión se concentra en grupos muy concretos de población. Además, es fundamental que no se transmite por aerosoles, sino que requiere un contacto muy estrecho con la persona infectada.
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Es una enfermedad endémica del Centro-Oeste de África, pero al aparecer gran cantidad de casos inesperados en Europa podemos hablar ya de una epidemia de amplia expansión. Eso sí, creo que estamos lejos de hablar de pandemia con la viruela del mono.
Con la Viruela del Mono podemos hablar ya de una epidemia de amplia expansión, pero creo que estamos lejos de tener una pandemia, aunque no podemos descuidarnos
— Antonio Arenas
Sin embargo, no podemos perderle ojo. Las complicaciones de los casos graves incluyen infecciones de la piel, neumonía, confusión e infecciones oculares que pueden provocar la pérdida de la visión. Hay que establecer medidas de control adecuadas.
Lo que es innegable es que llevamos dos años hablando de zoonosis sin parar...
A raíz de la Covid-19, la opinión pública, que sabe de todo pero entiende de muy poco, se ha dado cuenta ahora de que las zoonosis son muy importantes.
Cabe recordar que los veterinarios e investigadores sabemos desde hace muchos años que todas las grandes enfermedades que han azotado a la humanidad en los últimos tiempos tienen un origen animal. Por citar algunos ejemplos: el SARS, el MERS, el VIH, grandes pandemias de gripe, el Zika, la encefalopatía espongiforme bovina, etc.
Todas las enfermedades severas de los últimos años tienen un origen zoonótico
— Antonio Arenas
De hecho, los servicios veterinarios llevamos muchísimos años controlando estas patologías, que antes eran causantes de unas visitas al médico que en la actualidad no se producen porque se han erradicado. Por ejemplo, en España ya no tenemos casos de lectospirosis o brucelosis (fiebre de Malta) porque se hicieron campañas control del ganado muy intensas, por lo que si a día de hoy se registra algún caso es porque la persona ha viajado a otro país donde la patología es endémica.
Ahora genera muchas complicaciones el control de explotaciones avícolas por la reaparición de la Influenza Aviar. Se producen pérdidas muy importantes para los ganaderos cuando, por un único caso, tienen que sacrificar al resto de animales, ¿es la única forma de control posible?
Es altamente mortal. Sus efectos dejan un escenario apocalíptico. Llegas a una explotación avícola y todo parece estar dentro de la normalidad, hasta que pasan 24 horas y encuentras a un 80 % de los animales muertos. Lógicamente el impacto psicológico para el ganadero es bestial.
Por las características de la enfermedad, se recurre al stamping out. Es decir, al sacrificio de todo el lote. Y después hay que crear zonas de protección alrededor del foco y eliminar todos los residuos o materiales que han estado en contacto con las aves infectadas.
Controlar el foco rápidamente es vital, porque además los virus de la influenza son altamente variables, por lo que se hace probable esa mutación que afecta a los humanos. Evitamos problemas médicos pero también económicos para todo el sector, porque si la enfermedad se extendiese se impedirían las exportaciones y se paralizaría el sector.
La Junta de Andalucía y la Universidad de Córdoba anunciaron este año que en nuestra ciudad se instalaría el Centro Andaluz de Investigación en Zoonosis y Enfermedades Emergentes, ¿en qué estado se encuentra su constitución?
Los distintos grupos de investigación que trabajamos en sanidad animal nos estamos coordinando para crear un instituto potente a nivel científico, pero es complejo, especialmente cuando no hay muchos recursos económicos. Estamos tratando de construirlo desde sus cimientos para formar grupos de excelencia de investigación y de reclutar a los mejores en la materia.
Este proyecto lo impulsó el anterior equipo rectoral de la Universidad de Córdoba, con José Carlos Gómez Villamandos —actual consejero de Universidades, Investigación e Innovación de la Junta de Andalucía— al frente; y el equipo rectoral que acabamos de entrar tenemos el más firme compromiso de llevarlo adelante. Manuel Torralbo ya ha dicho por activa y por pasiva que este instituto hay que tenerlo.
El Centro Andaluz de Investigación en Zoonosis será una realidad, pero hacen falta fondos que, ahora mismo, no están disponibles
— Antonio Arenas
¿Tendrá en Córdoba una sede física como tal?
Lo ideal sería poder disponer de un centro propio para centralizar el instrumental y las infraestructuras necesarias. Además, de esta forma acercas a los investigadores que están trabajando en el mismo fondo. Para eso hacen falta recursos que, por ahora, no están disponibles. Vamos a tratar ese tema con la Junta de Andalucía en un futuro próximo.
¿Sabría aproximar un plazo en el que pudiera estar operativo?
Depende de muchas cuestiones, no me atrevería a dar una fecha.
Decía que, con la pandemia, la sociedad se ha hecho consciente de la importancia de las zoonosis. ¿Lo han hecho también las instituciones a la hora de destinar fondos para investigación?
Se han ampliado algunas líneas de investigación y se han abierto nuevas convocatorias. Hay algo más, pero no ha sido un cambio radical. Confío en que cuando se calmen un poco las aguas, especialmente en materia política, haya una apuesta decidida por la investigación sobre zoonosis.
Álvaro Guerrero Jiménez
Redactor y editor en los servicios informativos de la Cadena SER en Córdoba. Previamente ha trabajado...