El colegio Intelhorce pierde el 36 por ciento de su alumnado tras cinco cursos fuera del barrio

En pleno debate sobre el estado de conservación de los colegios públicos en Málaga a raíz del cierre 'fulminante' del centro Domingo Lozano antes de Navidad por problemas de cimentación, el colegio Intelhorce sigue perdiendo alumnos sin que hayan empezado las obras prometidas por la Junta de Andalucía para recuperar el centro. Estas instalaciones educativas de Campanillas también fueron clausuradas en 2019 por graves patologías en el inmueble y de forma provisional su comunidad educativa se trasladó a otro centro a tres kilómetros del barrio, El Tarajal, en el polígono La Huertecilla. Y allí sigue por quinto curso consecutivo.

"La situación de un colegio reubicado en otro después de tanto tiempo es muy triste, las familias están muy cansadas de que sus hijos tengan que coger diariamente un autobús (...), no tenemos actividades extraescolares porque el servicio de transporte que pone la Consejería se va a una hora determinada y tendrían que ser los padres los que tendrían que traer a sus hijos a un colegio alejado de su barrio", explica el director del Intelhorce Juan Carlos Gutiérrez. En caso de aula matinal, también deben ser los progenitores los que trasladen a sus hijos porque el autobús público "llega a las 8:50", explican desde el Ampa. Y llevan dos años haciendo la fiesta de navidad en el campo de futbol del barrio y el desayuno en la Peña.

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Un colegio que siempre ha estado abierto al barrio, explica su director, pero que tras cinco cursos alejado de él languidece; en este periodo ha perdido 40 alumnos, pasando de 110 a 70, y en este curso sólo se han matriculado cuatro nuevos menores, según explica Belén Jiménez, la presidenta del Ampa. "Estamos muy preocupados, hemos perdido tres líneas educativas, una este año, otra el pasado y otra el curso que viene", señala, al tiempo que destaca las dificultades de las familias para desplazarse, sumado a otras problemáticas. "No tenemos instalaciones adecuadas", "además les estamos robando el espacio a los niños de El Tarajal, que han perdido el laboratorio, han perdido instalaciones y ese colegio tampoco está en buen estado", añade.

Promesas prelectorales

La comunidad educativa del centro Intelhorce tiene muy fresca la última promesa de las administraciones. El pasado 31 de marzo, justo antes de las elecciones municipales de mayo, la consejera del ramo, Patricia del Pozo, en un acto junto al alcalde de Málaga, Francisco de la Torre, anunció que se construiría un nuevo colegio con un presupuesto de 3 millones de euros. Del Pozo indicó que sólo quedaba pendiente un estudio geotécnico para poder sacar las obras a concurso, una licitación que a día de hoy aún no se ha formalizado, según ha indicado a la Cadena SER la delegación de Educación, que señala que "se encuentra en revisión el proyecto de ejecución y está pendiente la contratación de la licitación de la obra". De hecho, se estimaba que los trabajos de construcción duraran un año y que el colegio pudiera inaugurarse en el curso 2025/2026, algo que la familias ponen en duda, ya que ni siquiera se han demolido los edificios existentes.

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"Sacamos fuerzas de donde no las hay, pero las familias ya no pueden más, llevamos esperando mucho tiempo a que empiecen las obras de nuestro centro y nunca empiezan", señala el director, que no obstante pone en valor la resiliencia de los menores y de los docentes: "son excelentes", concluye. La comunidad educativa está pendiente de una nueva reunión con el delegado de Educación, Miguel Briones, para revisar el estado del proyecto.

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