Jaén

El edificio del Seminario de la capital acoge a los futuros sacerdotes de la provincia de Jaén y también a un grupo de personas que quieren empezar una nueva vida después de pasar por un infierno del que quieren salir. Se trata de las personas que se encuentran en la comunidad terapéutica que gestiona la Fundación Proyecto Hombre en la capital jienense y que luchan por salir de las adicciones en las que una vez cayeron.

Los datos de 2022, último año del que hay cifras, sostienen que la cocaína es la principal sustancia consumida con un 37,6% seguido del consumo de alcohol con un 32% y la heroína con un 16,8%. El director de la entidad, Pedro Pedrero, ha señalado que disponen también de un tratamiento ambulatorio aunque, para los casos más graves, disponen del ingreso, un recurso al que se "tarda mucho en venir" y cuando llegan los usuarios "llegan con un nivel de deterioro y consumo muy alto".

La brecha de género también se manifiesta aquí ya que el 83 de cada 100 atenciones corresponden a los hombres mientras que el resto son de mujeres. Según Pedrero, por lo general "tienen problemas de adicción a sustancias legales lo que dificulta mucho la toma de conciencia". A ello se suma que suelen venir "menos acompañadas" y, además, su carga social las convierte "en las malas madres, malas esposas", un doble castigo.

Además, apunta a tres pasos clave en el proceso de reinserción. Primero, "la toma de conciencia, que la persona sepa que está pasando" mientras que, a continuación, se debe asumir la responsabilidad y "hacer algo con esto, tengo la pelota en mi tejado". Por último, llega el momento de "actuar" porque "si tomas conciencia y no actúas, estás peor que antes".

La duración del ingreso de los 35 residentes que hay en la actualidad dura unos 13 meses aproximadamente. Seguidamente empieza una fase de vuelta a la vida real que se divide en tres etapas, En la A y B se debe acudir al centro dos veces en semana mientras que en la C, ya solo una vez. Por último, cuando llega la autonomía las visitas se reducen a una vez cada 30 días. Nos sentamos con tres personas que han pasado por este tránsito. Son Manuel, María Trinidad y Guillermo.

Manuel

Con 32 años, Manuel ha pasado uno de los momentos más difíciles de su vida. Lleva 21 meses en recuperación por problemas al juego y la cocaína. De hecho, el juego ha ido ganando terreno en los últimos años gracias a las facilidades que ofrece internet. Él mismo ha explicado que al final entró "en un bucle de consumo, de vicio, estás ahí y no miras las caras, no te acuerdas de tu familia, no te acuerdas de tu mujer, no te acuerdas de nada".

Las deudas cada vez eran mayores y finalmente optó por decírselo a sus padres y desafortunadamente no contó con su apoyo, de hecho, recuerda que su madre le dijo que "nosotros dejamos de ser tus padres, tú no eres nuestro hijo" pero todo ha cambiado en unos meses gracias a la ayuda recibida en la comunidad terapéutica, un ingreso que supuso un shock para Manuel ya que se imaginaba encontrar "al típico yonqui" pero se encontró "con gente normal".

2024 es un año totalmente diferente a los anteriores para nuestro primer protagonista. Ahora mismo está "trabajando, en mi casa, con mi mujer, acabo de ser padre y la verdad es que la vida me ha cambiado, un giro de 180 grados total". Por último, confesaba que ahora él "es el raro" porque ha dejado de beber alcohol para denunciar que "vivimos en una sociedad en la que ir de copas, salir (...) es lo más normal".

Trinidad

Las adicciones pueden llegar en cualquier momento de la vida. Trinidad tiene 52 años y ha sido adicta a la cerveza y a la cocaína. Recuerda que empezó a beber "como un hábito social" mientras que la cocaína llegó a los 21 años. Una serie de problemas hicieron que todo se agravara y su hija se empezó a dar cuenta. Además, perdió el empleo de asistente a domicilio por el alcohol, "en un domicilio me ven bebiendo" lo que hizo que la usuaria lo comunicase y fuese despedida después de llevar "10 años trabajando fija".

Trinidad confiesa que empezó "a robar oro a familiares, mentir continuamente" aseverando que se transformó "en un monstruo". Todo ello desembocó en que finalmente su hermana le dijese "tienes que encerrarte" y finalmente, su ingreso llegó el 11 de mayo de 2022. Ella ya está en la etapa C de la reinserción, en la fase final y se muestra contenta por tener "una fortaleza que en mi vida creía que podía tener". Sostiene que "tengo un montón de herramientas que me he llevado de aquí que me están ayudando a seguir adelante".

La charla concluye y asegura que ahora le toca "volar otra vez" pero insiste en que "no quiero perder el vínculo nunca con ellos". "Ojalá hubiese venido antes" y "a mí me ha vuelto a dar la vida" son dos de las frases que usa para referirse a la Fundación Proyecto Hombre, un etapa vital de la que se emociona al hablar y que ha compartido con nosotros.

Guillermo

La vida de Guillermo cambió hace varios meses pero dio un paso importante el pasado 18 de septiembre cuando cruzó la puerta de Juan Montilla, 1 para salir de la adicción al alcohol, la cocaína y el juego. Junto a él están su esposa y su madre, Luci y Mari Loli. Precisamente es Luci la que desvela que se dio cuenta de los problemas "al poco tiempo de casarnos" cuando vio que el dinero de casa se terminada muy rápido.

El suicidio de un amigo suyo hizo que volviese a consumir y empezar a mentir, de hecho, se califica a sí mismo como un "auténtico mentiroso" durante aquella etapa. Su esposa sostiene que las adicciones convierten a sus víctimas en "expertos maestros" en manipulación y ha recordado como una vez, estando ella fuera de Jaén, se gastó unos 2.000 euros y, al volver, "le pedí perdón yo a él, me dio la vuelta a la tortilla".

Poco a poco la situación iba cada vez a peor y su madre reconoce que afectó a la familia, recalca que "ellos tocan fondo pero tú tienes que tocar fondo para que ellos salgan también". Afortunadamente, todo ha cambiado y Guillermo es otro. La fecha de la salida cada vez está más cerca y se agolpan las sensaciones. Por un lado está "muy feliz y contento" pero por otra parte "me iré con mucho miedo porque vuelves afuera" aunque confía en aplicar todas "las herramientas" que le han enseñado en Proyecto Hombre para hacer frente de nuevo, a la vida diaria.

Manuel, Trinidad y Guillermo son tres testimonios de gran valor que han explicado su dura experiencia. Como cayeron en el infierno y como han vuelto a salir gracias a la ayuda de organizaciones como Proyecto Hombre que trabaja en Jaén desde 1996. En definitiva, han vuelto a vivir.