El juez de la horca

Morón de la Frontera

En el día de hoy, según filtraciones permitidas e interesadas, el imparable juez Rizado ha llevado a cabo el interrogatorio al imputado número 3.235, en la causa que se sigue contra la trama sanchista. Como siempre, el magistrado se trasladó para llevar a cabo la diligencia al mismísimo Palacio de la Moncloa, lugar donde se produjeron los hechos. El imputado en cuestión, citado hoy, es el repartidor de Amazon que, tres años atrás, le hizo entrega a la Sra. Gómez de un paquete a su nombre.

-En primer lugar –le indica el señor juez al interrogado- tenga a bien ponerse en pie, por el respeto debido a este instructor. ¿Cómo? ¿Que es usted así de bajito? Tengo que advertirle de que ese tipo de ironías a propósito de su supuesta estatura constituyen un delito de desacato, por el que podría procesarlo. Pero vayamos a lo que importa. ¿Qué día de la semana era aquel en que se presentó aquí para hacer la entrega? ¡Ah, que para usted todos son iguales, ya que trabaja de lunes a domingo! Pues le podría imputar ahora mismo por vulnerar la ordenanza laboral de descansos preceptivos. Es el segundo aviso del que le apercibo. A ver, dígame: ¿qué supone usted, por su tamaño, que contenía el paquete de marras? ¿Cómo? ¿Que no le pagan por suponer nada, sino por entregarlo? Eso soy yo, como instructor del procedimiento, quien tiene que dirimirlo. Usted limítese a responder escuetamente y sin evasivas. O entenderé, por su actitud desafiante, que se niega a colaborar. ¿Pretende convencerme de que no distingue, por sus dimensiones, entre el paquetito conteniendo un valioso anillo de diamantes, y el paquetón sospechoso de contener, por ejemplo, una bomba? Pero, ¿Qué clase de negligente repartidor es usted? No, si todavía perderá el trabajo…

El resto de la grabación se ha perdido. No así las notas personales que a beneficio de sumario redactaría después el juez Rizado: “Evidentemente, escribe, el regalo de cumpleaños de Sánchez a su esposa revela la corrupción de la camarilla presidencial. Pero, si persisto en esta línea, de aquí a un centenar de imputaciones, podré demostrar cómo eran ciertas las acusaciones vertidas en los recortes de prensa, que en su día me aportó Manos Limpias”.