'Cadires a la fresca' a Estellencs: "Yo tomo el cafecito con mis amigas: la de la farmacia, la del ayuntamiento. Antiguamente, había una serie 'Crónicas de un pueblo' pues aquí es lo mismo"
Hemos recorrido el municipio con una de las familias más grandes del lugar, la familia Sánchez- Herranz
'Cadires a la fresca' Estellencs
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El día ha amanecido lluvioso. Así que probablemente los vecinos del municipio estén resguardados en algún bar del pueblo. Esa será nuestra primera parada. En Estellencs, el punto de encuentro es en el Bar Sa Tanca. Que es el punto de encuentro del municipio lo descubriría más adelante. En el interior hay 5 o 6 mesas. Casi todas están ocupadas. Dos gatos duermen plácidamente. Uno en la escalera que conduce a los servicios del local. Y el otro, reposa en una silla que hay libre en una de las mesas. En la de enfrente están sentados Paulino, Teresa y Luis tomando café.
Los tres son familia. Paulino y Teresa son marido y mujer. Paulino, además, es el hermano de Luis. La família Sánchez Herranz es una de las más grandes de Estellencs. Son alrededor de 47, entre hijos, parejas de los hijos y nietos. Otro miembro de la família es Pilar, hermana de Luis y Paulino. Pilar que, además, forma parte de Ses Madones de Estellencs. No podemos ir a verla a su casa porque está fuera. Así que, Teresa la llama por teléfono. Por cierto, que es su cumpleaños. 9 de noviembre.
Quién está al frente del bar sa Tanca, dónde nos hemos conocido con la familia Sánchez Herranz, es Marcos, italiano afincado en Estellencs. De mal genio, dice, pero de gran corazón. Se trata del único bar que abre todo el año, menos un mes, que cogen vacaciones. Nos despedimos de Marcos, Paulino y Luis. Y Teresa me hace de guía turística. Seguimos el paseo hacia los lavaderos del pueblo. Justo antes de llegar a los lavaderos. Un chico joven está repartiendo coca de espinacas parece. Es el batle del municipio Bernat Isern.
En Estellencs no hay supermercados. Todos los vecinos tienen que ir a Palma o Andratx para poder hacer la compra grande. Pero sí que hay una pequeña tienda regentada por Norma Curbelo de León donde se pueden comprar cosas concretas. Se llama "Un poc de tot".
En el pueblo, en invierno, viven alrededor de 300 habitantes. Reciben algunos turistas pero nada comparado con los que llegan en verano.
Lisi viene de Austin, Texas. Solo estará un día en Estellencs. Matias Mut es el gestor del Hotel Maristel. Le preguntamos qué más hay que ver. Nuestra última parada será en la primera de estas dos recomendaciones: la cala Estellencs.
El mar está embravecido por el viento. Con la inmensidad del mar solo limitada por la naturaleza, por la montaña, con la piedra rojiza de la cala y las barquitas que reposan en un embarcadero nos despedimos de Estellencs. Recogemos las cadires a la fresca de este maravilloso pueblo que nos ha acogido tan bien y ponemos rumbo a la carretera. Cuándo se vayan, si tienen la oportunidad, vuelvan por la carretera hacia Andratx. La belleza del paisaje es difícil concentrarla en palabras.
