Divinos y humanos
La mirada de Marta Cantero

Santa Cruz de Tenerife
Ley es igual para todos. Eso es, al menos, lo que nos inculcan. Pero hay eximentes que claman al cielo, nunca mejor dicho. Por ejemplo, el secreto de confesión, que permite a un sacerdote conocer un delito y no denunciarlo. No puede revelar nada de lo que le cuente una víctima o un verdugo, bajo pena de excomunión. Y prevalece esta Ley Canónica sobre el deber Civil de denunciar. Digo yo que habrá algún modo de ser confesor y no lavarse las manos como Pilatos, ante situaciones injustas que, si no está en su mano denunciar, podrá al menos cortocircuitar. Evitando que un abusador sexual siga en impune contacto con el menor abusado. También la inviolabilidad del Rey permite abusos de poder que llevaría a cualquier civil a prisión. No es casualidad que sean la Iglesia y la Monarquía, las dos instituciones que nuestro propio ordenamiento jurídico sitúa por encima del bien y del mal. Como si siguiéramos en la Edad Media y no en pleno siglo XXI.

Marta Cantero
He trabajado en diversos medios de comunicación de las Islas, tanto en Gran Canaria como en Tenerife,...




