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A Coruña: un paraíso atlántico por descubrir

Binter acerca a los canarios a esta provincia bañada por el Atlántico que une culturas

Binter te lleva desde Gran Canaria a la maravillosa provincia de A Coruña con 3 frecuencias semanales / Helena Sampedro González

Helena Sampedro González

A Coruña

Creíamos que el paraíso solo estaba en Canarias. Lo que no sabíamos es que Binter nos iba a poner a nuestra disposición, en tan solo 2 horas y media, un avión desde Gran Canaria a La Coruña para nuestro disfrute. Para llegar a la belleza gallega. Un viaje placentero, con un menú completo para el ciudadano, sin coste. Nos cuesta entenderlo en un mundo en el que las aerolíneas cobran hasta por guardar tu maleta en el cubículo superior. Pero con Binter sí es así. Las típicas turbulencias propias de los vientos del Atlántico, y listo.

Alvedro nos recibe con un tiempo digno de admirar y atípico de Galicia. Soleado, con un par de nubes sueltas y dispersas. El cartel de "Estrella Galicia" te acompaña todo el rato, y es que allí están orgullosos de lo suyo. De lo de casa. Y no es para menos. La visita a la fábrica no defraudó. No solo te ofrecen un amplio recorrido de historia de la familia Rivera - vídeo con hermano Rivera tipo holograma incluido -, sino que al final te espera una sala de degustación en la que, incluso, puedes probar a tirar una caña. No es tan fácil como parece, aunque con la guía de los trabajadores sale sin problema.

El hotel que nos toca, el Hotel Riazor, está reformado. Sus habitaciones con vista al mar son fruto de un sueño del que nunca pareces despertar. Las aguas del Atlántico te recuerdan un poco a Canarias, aunque el frescor de las noches te quita ese pensamiento de la mente. Aunque, hay que decir, que con estos veranos y otoños cada vez más cálidos, un poco sí se agradece.

En la plaza del Ayuntamiento de Coruña, encontramos a Pandereteiras sin Fronteras, el primer gran regalo que nos trae este paraje de la bella y verde Galicia. Una demostración moderna de la cultura y música de la ciudad. Como se puede observar en la primera foto, hasta los trajes son interpretaciones de los de antaño. Mucho más coloridos y agradecidos a esta nuestra era.

La Penela, restaurante que encontramos en esta plaza de María Pita, representa a la perfección todo lo que un viajero quiere encontrar en Coruña. Mejillones rellenos, empanada, pulpo, zamburiñas, tortilla de Betanzos que quita el hipo y la pena y una carne asada digna de Estrella Michelín. Aquí fue donde supimos que había un cierto "pique" por la conocida como tarta de Santiago. En Coruña, simplemente di "tarta de almendras".

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¿Sabían que Coruña tiene la Sala Noble más bonita de toda España? La imponente fachada de su ayuntamiento ya deja adivinar lo que vamos a encontrar dentro. Pero nos quedamos lejos en ese pensamiento. Dentro es incluso más imponente. La mirada igualitaria a sus bienhechoras deja sin respiración a quien lo visita. En el techo de esta sala de Plenos, encontramos los nombres de las mujeres que hicieron lo imposible por demostrar su amor por Galicia -en concreto, Coruña, por supuesto-. María Pita, con su leyenda oscura, pero a la vez su fuerza para salvar a los coruñeses de la conquista. También, Emilia Pardo Bazán, de quien hemos celebrado el 171 aniversario de su nacimiento. Y que mantuvo relaciones eróticas por carta con nuestro querido Benito. Mucho más efectivas y mejor redactadas que las de nuestro tiempo por las plataformas digitales.

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La siguiente parada en nuestro viaje era, cómo no, la Torre de Hércules, emblema de la ciudad y el faro romano más antiguo del mundo en funcionamiento. Patrimonio de la Humanidad desde el año 2009. Fue construida para guiar a los que iban a las Islas Británicas en busca de minerales con los que desarrollar toda una industria en la ciudad. Con toda probabilidad, fue en la segunda mitad del siglo I, por Gaio Sevio Lupo, de quien se conserva en perfecto estado su firma en un lateral de la torre. Llama la atención que su revestimiento exterior se hizo después, en el siglo XVIII, por Eustaquio Giannini. Su firma, lamentablemente, desapareció por el efecto medioambiental que dejó el Prestige en Coruña.

¿A que no sabían que hay un yacimiento arqueológico bajo la Torre? Eso es, han leído bien. La Torre aguarda uno de los yacimientos más inesperados que podamos ver en nuestra vida. Existía en esta bahía un poblado de origen celta, los ártabros de Brigantia. Hoy día, esta Torre se mantiene en perfecto estado gracias, en parte, a ese revestimiento que se hizo posteriormente. Para acceder a ella, solo tienes que subir una pequeña colina de 60 metros con unas vistas inmejorables al Atlántico.

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En este viaje, no te puedes perder el restaurante Bido. Con un aire refinado y próximamente -todavía es una posibilidad- una Estrella Michelín, esta experiencia nublará los sentidos de quien acuda. Su bonito del norte te deja sin razón, como ese niño pequeño que recibe un regalo sin esperarlo. Y su maridaje con distintos vinos de Galicia, un aprendizaje lleno de sabor. Lo que más sorprende de un menú que varía de bonito a canelón de gallo de corral, es su postre. Aguacate, helado de queso fresco, granizado de apio, guisantes. Lo lees y primero te preguntas: esto, ¿a quién se le ocurrió? Pero nuestra ignorancia siempre puede menos que la realidad, que es perturbadora (de lo bueno que está).

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Y si de algo no te puedes olvidar, es de pasar por la Reserva de la Biosfera Mariñas Coruñesas-Terras do Mandeo. 116 mil hectáreas repartidas en 17 'concellos' o ayuntamientos de la provincia coruñesa. El objetivo principal, intentar desarrollar el entorno sin las consecuencias de la acción del hombre, pero sin provocar un éxodo masivo. Potenciar las empresas dedicadas al sector primario y hacer que sus productos -la mayoría, tradicionales- se sigan cultivando y explotando,-siempre con garantías de calidad- es su máxima.

Oportunidades de formación y emprendimiento, y no solo eso. Las actividades turísticas que aquí se promueven van desde los senderos, que nos recuerdan un poco a la laurisilva que encontramos, por ejemplo, en Tenerife, a actividades en los ríos. Algo que sí pudimos observar al visitar esta zona es el efecto del cambio climático sobre ella. No ha estado afectada por incendios últimamente, porque además esto se controla en profundidad. Pero la presencia de unos veranos cada vez más secos, sin apenas lluvia, hace que esto pueda ser potencialmente peligroso con el tiempo. Esto afecta a las especies. Muchas de ellas, migratorias -algunas habrán pasado por Canarias-, paran a descansar en este inmenso y silencioso paraje. Algunas de ellas, no avícolas, están en peligro de extinción, como el cangrejo. El americano amenaza con sus patas rojas a una especie que siempre ha vivido tranquilamente, hasta que irrumpió el extranjero. ¿Nos recuerda a algo, no? En Canarias lo vivimos continuamente. Como con la cotorra alejandrina, la rata gigante o la iguana.

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Tras esta olorosa experiencia, nos fuimos a Betanzos. Y no precisamente a comer tortilla de Betanzos, porque ya habíamos degustado ese manjar. Tocaba visitar un pueblo conocido por su mercadillo, por las 'betanceiras' que venden las papas que obran el milagro. Papas que no recuerdan tanto a las nuestras. Pero que sí dejan huella por su calidad y su sabor en las distintas recetas.

Ellas, las betanceiras, son mujeres fuertes, madres de familia que se han esforzado toda la vida por salir adelante. Ahora, con la inflación, lo tienen aún más complicado. Pero a ellas no se les escapa la sonrisa.

Un pueblo que guarda una anécdota que pasará a la historia: el mismísimo García Lorca lo visitó. De hecho, fue inspiración para sus "Poemas Gallegos".

Lo que no nos esperábamos era comer en una casa de comidas típica de Galicia. Casanova invita al manjar más absoluto. Toda su materia prima, todos sus productos, son originarios del terruño galego. Uno de ellos, una cuajada hecha con leche de las vacas de las Mariñas.

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Una parada imprescindible en A Coruña es, cómo no, la fábrica de 'Estrella Galicia', uno de sus productos estrella. Los hermanos Rivera han sentado precedente en la historia de la cerveza en España y en el mundo en general. Y no es para menos. Ramón Rivera se gradúa como uno de los primeros Maestros Cerveceros, y eso que hablamos de los años 20 del siglo pasado. A pesar de la detención de su producción durante la Guerra Civil y la 2ª Guerra Mundial, la producción de la familia -que sigue siendo una empresa de hermanos- se detiene. Pero mantiene sus empleos y siguen adelante.

En 2006 celebraron su centenario. En 2012 ya eran cinco las generaciones que habían pasado por los puestos directivos y habían continuado con el legado que un día Ramón Rivera tuvo el honor de comenzar. Nosotros tenemos el ejemplo de la Cerveza Dorada, o Tropical. La empresa "Compañía Cervecera de Canarias" cuenta con 83 años en su haber. Otro hermanamiento que tenemos con Galicia. La calidad de nuestros productos.

Helena Sampedro González

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En Galicia, también son muy de pescado y arroz. En Culuca Cociña-Bar lo pudimos comprobar. Con un jurel marinado que quitó el hipo y un arroz meloso de calamar, pudimos retrotraernos a las prácticas de mar que aquí tenemos. A nuestros pescadores, nuestra tradición... y a nuestros sabores.

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El último día de nuestro viaje a A Coruña estuvo protagonizado por la figura de Pablo Picasso y su familia, y la influencia modernista que baña las calles de la ciudad. Pero vayamos por partes. La Casa Museo Picasso nos envuelve en otra época. Los muebles, perfectamente conservados, nos trasladan a un período en el que hasta las mejores familias, como la del artista, no tenían grandes lujos. Aunque, para ellos, sí lo eran. Muebles de madera, armarios empotrados que dan envidia de lo bien que se conservan; muchas maletas, que demuestran el largo viaje que emprendieron por distintos puntos de la geografía española... y lo que más puede llamar la atención: las pinturas de Pablo Picasso de cuando era tan solo un adolescente. Sus trazos, bastante más realistas de lo que luego quiso demostrar en pinturas como el Gernika, adivinaban ya la profesionalidad de un superdotado de la disciplina.

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Pero mejor que lo vean ustedes, en persona. Los trazos solo se contemplan bien cuando uno está delante, admirándolos con el testigo de quienes una vez habitaron la casa. La influencia modernista es otra de las joyas de Coruña. La "locura" como objetivo final y la irregularidad de sus distintos balcones son protagonistas de esta ciudad gallega.

Y luego, emplazada en el centro, encontramos el Mercado. Un lugar que merece la pena y que nos recuerda a, por ejemplo, La Recova de Santa Cruz de Tenerife. Aunque, he de reconocer, que aquí la presencia de pescado y, cómo no, marisco, sobrepasan las expectativas. No nos podemos olvidar del balneario "Casa del Agua", también pabellón deportivo, una de las muestras "modernas" de A Coruña, y de los restaurantes Pablo Gallego, con su codillo braseado y sus pasteles de rape, y A Pulpeira de Melide, que -cómo no-, ofrece un pulpo de especial calidad, además de un ambiente propio de las noches gallegas. Mucha gente cualquier día de la semana. Es una ciudad llena de vida, y llena de eventos. Todos los que puede traer, por ejemplo, Inditex, desde el sector textil. Su cuna es A Coruña, y lo demuestran las tiendas de Zara donde encontramos joyas y colecciones especiales de la marca. Eventos como la Semana Gastronómica, la Semana que conmemora la victoria de María Pita para salvar a la ciudad, o la Cumbre Hispanoalemana, que trajo al presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, entre otros grandes mandatarios de la diplomacia y política europeas. Pero además, es un enclave moderno por la gran cantidad de conciertos. Leiva, Melendi, Robe Iniesta, Rozalén o la mismísima Rosalía, inundan los carteles estos meses en las calles coruñesas.

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Y llegamos a uno de los "platos fuertes" de este viaje: la experiencia de 5 sentidos - o más, si cabe - en el Árbore da Veira situado en el Monte de San Pedro. 1 estrella Michelín, aunque 1.000 sabores y 1.000 ganas de volver. Bonito, almeja picante, sardina con steak tartar, "la cereza que cayó del árbol"- tendrán que ir para verla-, zamburiñas, mollete de pan relleno de gallo de corral o un guiso de raya fue el menú. Además, tuvimos la suerte de probar la mejor milhoja -con permiso de las de Soto o La Posada, en Tenerife- de crema de vainilla del mundo. Pero, ¿saben lo mejor? la atención del sumiller y metre, Santiago Diéguez, y la del chef, Luis Da Veira, a quien de nuevo agradecemos su hospitalidad.

Helena Sampedro González

Hospitalidad que demuestran todos los coruñeses. En especial, dar las gracias al gerente de Turismo de Coruña, Moisés Jorge Naranjo, canario de corazón y de origen, y a una de las trabajadoras del Consorcio, Selina Otero, que nos cuidó todo el tiempo. Y gracias también a Binter, que ha sentado precedente con sus nuevos destinos desde el archipiélago, y sobre todo con su servicio a bordo. Gracias por traernos un poquito de Canarias a Coruña, y hacer que descubramos la tierra galega tan bien como lo hicimos. Volveremos.

 
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