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Nueve de cada diez euros de la subida de la cesta de la compra se quedan en el camino hasta el supermercado

Los intermediarios mantienen que los precios también suben en origen, aunque los consumidores en destino han llegado a pagar el doble por los mismos productos

Los agricultores denuncian que, con el aumento de los costes de producción, hay productos como la berenjena, la col y acelga con los que no cubren los costes y, por tanto, no obtienen ningún beneficio. / Dave and Les Jacobs

Santa Cruz de Tenerife

En el último año, los precios de la alimentación se han encarecido por encima de las posibilidades de muchas familias a causa de la inflación y las consecuencias de la guerra en Ucrania. El argumento es que se ha incrementado el precio de las materias primas, en especial los cereales, los abonos y los piensos, que procedían en su mayoría del territorio en el que se desarrolla el conflicto bélico. Pero ¿es una excusa o una realidad? Ese argumento sirve para justificar que agricultores y ganaderos se vean obligados a aumentar el precio de sus productos, pero si el grueso de la subida no se produce en la huerta ni en la granja, la explicación se viene abajo.

Una compra media de productos frescos básicos, como pueden ser ser leche, huevos, carne de cerdo y de ternera, pollo, lechuga, tomates, papas, judías verdes, zanahorias, calabacines, pimientos y cebollas, se encareció en muchos meses de 2022 más de un 100% en su precio en destino con respecto a su precio en origen. Es decir, los consumidores pagaron más del doble del precio al que vendieron estos productos los agricultores y los ganaderos. En abril del año pasado, por ejemplo, esta compra en origen se vendió a unos 40 euros y en destino el consumidor final pagó más de 90 euros. Y el mayor importe de la subida no se quedó en el bolsillo de los productores.

El presidente de la Federación de Alimentación y Artículos de Consumo de Canarias (FACCA) y mayor importador de carne de Canarias, Paco Gómez, justifica este incremento explicando que hay más demanda que oferta: "En un negocio donde hay mucha competencia nadie se puede forrar, hay que procurar comprar lo más barato posible para vender lo más barato posible porque si no, se van a la tienda de al lado. Las cosas suben porque suben en origen porque la producción está subiendo, la luz está subiendo y todo está subiendo".

De 3,48 a 11,9 euros el kilo de carne de cerdo en solo unos meses

La inflación ha jugado un papel muy importante en la economía de 2022, pero, aún así, por ejemplo, la carne de cerdo comenzó el año -enero 2022- vendiéndose en origen a 2,37 euros el kilo con un precio final en destino de 3,48 euros el kilo, es decir, la diferencia entre origen y destino era de 1,11 euros. Este mismo kilo de carne terminó el año con un precio en origen de 2,98.

Se incrementó su precio un 25% con respecto a enero, pero el precio en destino aumentó hasta los 11,9 euros, incrementándose un 240% con respecto al precio de venta al consumidor del mes de enero. En cuestión de 11 meses los usuarios pasaron de pagar 3,48 euros al kilo a pagar casi 12 euros por el mismo producto. Es decir, cuando los ganaderos únicamente subieron 0,61 euros el precio, la cadena que va desde la granja al consumidor incrementó el coste en 8,42 euros.

Abril es el mes de 2022 con el índice IPOD más alto, el mes con más diferencia entre el precio de origen y el precio de destino. En el caso de la col, por ejemplo, su precio final se multiplicó en este mes por doce. Los agricultores vendieron el kilo de col a 0,12 euros y los consumidores lo compraron a 1,45 euros, por lo que los intermediarios se quedaron con más del 90% de los beneficios. Lo mismo ocurrió con el calabacín, que multiplicó su precio siete veces. En origen se vendió a 0,24 euros y en destino a 1,65 euros.

COAG: "El aumento en los lineales de ninguna manera tiene que ver con que los agricultores y ganaderos lo hayamos visto reflejado en los precios"

El secretario insular de la COAG (Coordinadora de Organizaciones de Agricultores y Ganaderos) en Tenerife, Miguel López, desmiente que este aumento de los precios venga motivado por una subida de los mismos en origen: "El aumento en los lineales tiene que ver mucho también con un periodo donde ha habido especulación, pero, de ninguna manera, con lo que los agricultores y ganaderos lo hayamos visto reflejado en los precios. Incluso, a la hora de comercializar, todos los costes como el transporte, el combustible, el cartonaje, los productos de almacenaje y los costes energéticos se han disparado".

De hecho, los agricultores denuncian que hay productos con los que no cubren estos costes y, por tanto, no obtienen ningún beneficio. "La berenjena, por ejemplo, tiene un diferencial de 275%. El productos lo cobra a 0,51, euros el precio de destino es 1,9 euros . Aquí es una escandalera el diferencial y a 0,51 no cubres los costes de producción", reconoce Miguel López, quien explica que ocurre lo mismo en el caso de la acelga y la col.

No obstante, los intermediarios mantienen que la subida de los precios se debe a que también suben en origen, aunque los datos del IPOD muestran que más allá de las consecuencias de la inflación, en la cadena de distribución de los alimentos se están produciendo incrementos desmesurados.