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Manolo Vieira, humor canario sin complejos

Manolo Vieira, el humorista canario universal, ha fallecido a los setenta y tres años, unos meses después de haber anunciado su retirada definitiva de los escenarios / Europa Press

Manolo Vieira, el humorista canario universal, ha fallecido a los setenta y tres años, unos meses después de haber anunciado su retirada definitiva de los escenarios

Las Palmas de Gran Canaria

El rey del humor canario no esperó a la última, había quedado con su público, que es como decir su pueblo, pero se echó la arrancaílla este miércoles y se marcha, después de 40 años contándonos chistes, alegrándonos las noches, retratándonos como pueblo.

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Nadie duda que Manolo y sus personajes Alexis, Maruca, Carmelo, Cuco o Fefo forman parte de la historia de nuestras risas, de nuestras nocheviejas televisivas, del Chistera, ese local de Las Palmas de Gran Canaria donde han tenido la alternativa tantos humoristas jóvenes. Un año antes de que Manolo Vieira subiera por primera vez al escenario, Manuel Alemán, escribió el libro ‘Psicología del hombre canario’, donde describía el carácter del isleño que lleva siglos y generaciones cargando con el complejo del colonizado.

Manolo Vieira fue capaz de hacer un nuevo retrato psicológico de nuestra gente. Nos describió cómo nos comportamos en el ambulatorio, en el supermercado, camino de los apartamentos del sur. Y supo reírse con nosotros, poniendo el valor cómo somos, sin complejos. Me atrevería a decir que el humor de Manolo Vieira ha ayudado a mejorar nuestra autoestima como pueblo, frente a otros que hacen una caricatura de lo canario.

Quizá ese ha sido el secreto de Manolo, mantenerse fiel a sí mismo, a ese muchacho de la Isleta. En eso se parecía Alexis Ravelo, otro muchacho de barrio que fue fiel a sí mismo. Después de estudiar en la Escuela de Comercio, Manolo empezó a trabajar como comercial, un ejecutivo de chaqueta y corbata que se ofreció al dueño del Bar JR para trabajar de contable por las tardes. Pero Roque Quintana le dijo que solo le podía dar trabajo como camarero.

En el JR Manolo Vieira aceptó el reto de los amigos de subirse al escenario para que contara los chistes que ya contaba a los clientes cuando despachaba las copas. Fue el 1 de julio de 1981, cuando Manolo subió al escenario y contó tres chistes que, por consejo de su primera esposa Maruca, tenía apuntados en la palma de su mano.

Así, por un sueldo de mil pesetas, comenzó la historia de nuestro humorista más popular. Después vino la creación de una sala propia, el Chistera, los años vividos en Madrid actuando en la Florida, programas en televisión y en la radio. No todo fue un camino de rosas, hubo gente que quiso quemarlo en los infiernos, pero el escultor supo salvar la madera de los fuegos y volver a tallar su propia figura, y Manolo ave fénix regresó para seguir riéndose con todos nosotros… Hasta que este miércoles se acabó la función, cuando en muchos teatros de la isla estaban las entradas agotadas esperando por su arrancaílla. Qué mal empieza este 2023, con la marcha de Alexis Ravelo y Manolo Viera este pueblo pierde a dos referentes que ayudaron a mejor nuestra autoestima.

@juanglujan

 
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