Política con mayúsculas
LA MIRADA 31 MAYO
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Santa Cruz de Tenerife
La política, con mayúsculas, huye del cortoplacismo. Piensa y planifica sus estrategias a medio y largo plazo, superando filias y fobias personales y anteponiendo los objetivos prioritarios a las urgencias coyunturales.
La política, con mayúsculas, contiene por igual la euforia del éxito y la depresión de la derrota. Y utiliza, con astucia y paciencia, la posición en la que le coloca el electorado para seguir luchando por sus principios y valores.
No retuerce los resultados hasta lograr la cuadratura del círculo para permanecer en los gobiernos. Ni trapichea con pactos imposibles. Ni piensa en sus intereses personales y partidistas antes que en los generales.
La política, con mayúsculas, es pactista y no frentista. Es demócrata antes que socialista, conservadora o nacionalista.
No recuerdo en qué momento exacto se volvió la POLÍTICA tan minúscula.
Aunque quizá mi triste percepción, como la de parte de la ciudadanía, esté distorsionada por esta sobredosis electoral sin chute vacacional a la vista.
