"La situación es crítica": Tenerife se hunde en la crisis hídrica por la sequía y los problemas de calidad del agua

Santa Cruz de Tenerife

La crisis hídrica se ceba con Tenerife y sus agricultores. De los cinco millones de metros cúbicos de cabida que tienen todas las balsas de la isla, a 1 de octubre de 2023 solo había almacenados 527.000 metros cúbicos. Es decir, las infraestructuras están, de media, al 13% de capacidad. Los motivos detrás de esta escasez son múltiples, empezando por la sequía. Y es que, climatológicamente, este 2023 está siendo uno de los años más cálidos y secos de la serie histórica (desde prácticamente los años 60). Pero el incendio declarado el 15 de agosto en los montes de la isla, todavía sin extinguir, y los problemas de calidad del agua también agravan la situación.

"Han sido un conjunto de circunstancias que nos han llevado a una situación crítica, tensa", reconoce el consejero insular de Sector Primario, Valentín González. A esto se suman, además, las obras que se realizaron en invierno en las balsas de la Isla Baja, en la montaña de Taco, y de Benijo. "Estas tenían una capacidad de un millón de metros cúbicos también". Para atajar la emergencia en Buenavista del Norte, Los Silos y Garachico, el Cabildo de Tenerife decidió instalar en julio dos desaladoras portátiles con las que aumentar el agua de riego en la zona norte. Su capacidad de generación es de 2.000 metros cúbicos.

Agricultores obligados a abandonar las cosechas

"A diario recibo llamadas en mi propio móvil con circunstancias complejas y difíciles de resolver", ha admitido González en los micrófonos de Radio Club Tenerife. El impacto sobre los agricultores es directo y evidente. Otilia, una de ellas, ha denunciado en este medio la precaria situación que atraviesa el sector: "Cerca de mi casa tengo unos jóvenes que tuvieron que dejar una cosecha de calabacines porque no les dejaban agua para regar, día sí, día no. Les pasaban el agua tres o cuatro días seguidos y después les dejaban otros tres días sin ella (...) Están dejando secar los calabacines, ya no vienen a recogerlos ni nada".

Otilia explica que están dispuestos, incluso, a pagar más para poder recibir un flujo de agua constante: "El agricultor, teniendo su cosecha plantada, no va a escatimar en dar un céntimo o dos céntimos más (por poner un ejemplo) para recibir agua. No van a perder la cosecha". "El problema es que no le mandan el agua", ha afirmado.

El consejero insular ha señalado las actuaciones que está llevando a cabo la empresa pública BALTEN (Balsas de Tenerife). Entre ellas se encuentra la regulación, la "modulación", de los caudales: "Incluso por zonas, en determinados lugares que, por la propia orografía o ubicación de las explotaciones, pues llega menor cantidad de agua". En las últimas semanas, la consejería insular ha mantenido contacto con las organizaciones agrarias y los ayuntamientos para evaluar el déficit hídrico.

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Una estación situada en El Chorrillo, entre las posibles soluciones

A marchas forzadas, la corporación trata de impulsar actuaciones tanto en la Isla Baja como en el Valle de Güímar. Entre las soluciones que están sobre la mesa se encuentra la consecución de un convenio a través del Ayuntamiento de Santa Cruz de Tenerife para poner en funcionamiento una estación ubicada en El Chorrillo y que en estos momentos se encuentra en desuso. "Esto nos proporcionaría mandar agua ya desalada, bombearla, a la zona sureste, agua regenerada", ha explicado.

La conclusión definitiva del consejero, que corroboran constantemente los agricultores, es que "sin agua no tenemos sector primario". Es una situación que "me preocupa y ocupa prácticamente cada hora del día", ha confesado González. "El futuro de nuestro sector pasa por el agua regenerada, por el tratamiento de aguas residuales y por la desalación. El agua blanca cada vez es menor", ha concluido.