La fuerza de la transversalidad

No es habitual que quienes comparten movilización por una causa común se enmienden la plana. Lo ha hecho sin embargo ATAN, la asociación de referencia del ecologismo tinerfeño, con Podemos, una de las organizaciones políticas que se sumó a las protestas. Entienden los primeros que politizar las manifestaciones contra la masificación turística es un error, y están en lo cierto. Entre las 60.000 personas que salieron a la calle hace un año había gran variedad de perfiles, no solo activistas y políticos mayoritariamente de izquierda. Había sobre todo profesionales de distinto tipo, y también familias completas, comprometidas y sensibles con su tierra.

En la última convocatoria fueron menos de un tercio, porque cuando una movilización pierde transversalidad, pierde fuerza. No todos comparten las formas del activismo radical, aunque puedan compartir el discurso ecologista convencional. Tampoco se prestan a ser utilizados como arma arrojadiza por los partidos políticos.

Conviene reflexionar sobre ello porque el desafío es tan relevante y difícil que solo desde la crítica constructiva puede la presión social aportar luz sobre el camino a seguir para sacar del turismo lo mejor de sí.