La revancha 'contra natura' del PP

Ver a ciudadanos conservadores manifestarse en la calle no es habitual. Son un sector sociológico que más bien siente animadversión hacia este tipo de acciones, propias de gente con otro estilo ideológico y estético. Sus líderes, de hecho, han despreciado en reiteradas ocasiones estas protestas: "¡Que se presenten a las elecciones!", respondieron cuando el 15M movilizó a cientos de miles de indignados en 2011.

Una década después, ha cambiado el cuento: la derecha le ha cogido el gusto a la calle. Se les nota sin embargo incómodos tratando de gestionar una movilización a la que no están acostumbrados. Podría decirse, incluso, que va contra su propia naturaleza de respetar el orden existente por encima de cualquier otra consideración. Siempre y cuando sean ellos los encargados de gobernarlo. O, como máximo, el PSOE moderado de los tiempos del bipartidismo.

Pero que gobierne hoy el país una parte del 15M en una coalición de izquierdas con el PSOE, es ya 'too much' para el PP. Es por eso que ahora la indignación ha cambiado de bando. Quizá sean ellos por tanto, y no Pedro Sánchez, los que deban rendirse a la Democracia. Y tender puentes, en vez de dinamitarlos, con los posibles aliados que le permitan volver a gobernar España.