Negro y en botella

Santa Cruz de Tenerife

Qué tal, buenos días. En el mundo somos 8.000 millones de ciudadanos de los que 4.500 son asiáticos; 1.540 son negros; 1.120 blancos y 540 han nacido en Oriente Medio o el Norte de África: desde un jeque catarí hasta un ciudadano persa.

Esos 8.000 millones de almas universales, también incluyen las de 370 millones de mestizos y las de 140 millones de indígenas...

Almas, dicho sea de paso, y por si alguno se le olvida, que valen lo mismo que las nuestras.

Esa es la radiografía global de todo este planeta. Pero si miramos solo a Europa, con los blancos no hay quien pueda: el 75% hemos nacido dentro de sus fronteras.

De los 94 millones de migrantes, los más numerosos son los oriundos del Magreb y oriente medio, seguidos de asiáticos y africanos.

Les doy todas estas cifras, porque años después de pedirle al Gobierno de España que distribuyera entre las 17 autonomías de nuestro país a cinco mil menores no acompañados, PSOE y PP siguen enredados en un debate ficticio, que da vergüenza ajena.

Primero fueron los ‘peros’ para modificar la ley de extranjería y luego la aprobación del decreto.

El PSOE acusó de racismo al PP y el Supremo le dijo al Gobierno de Sánchez, que los menores asilados eran cosa del Estado... Y aún con todo eso sobre la mesa, unos y otros, siguen mirando para otro lado.

Cinco mil menores en un país de 48 millones de ciudadanos es una aguja en un pajar... Una gota de sangre en toda una bañera...

Quien diga que en el tema de la migración el color de la piel no importa, no dice la verdad.

Negro y en botella.