No está todo perdido

Las Palmas de Gran Canaria

El deporte y el cine son los dos grandes escenarios en los que, cuando las cosas se ponen políticamente feas, encuentran los ciudadanos voces que les representan. Ocurrió con las protestas en la Vuelta Ciclista a España la semana pasada y lo veremos a lo largo de esta en el Festival de Cine de San Sebastián, que ya se está convirtiendo en una pasarela propalestina. El compromiso de los deportistas de élite y los actores mundialmente reconocidos actúa como altavoz de un sentir generalizado, que pone cara a la resistencia colectiva a los abusos del poder. El arranque del festival donostiarra ha coincidido además con varios acontecimientos de calado internacional, que nos interpelan a todos los demócratas: el desmarque de Francia en la ONU contra inmovilismo de Estados Unidos, que se está quedando solo ante Israel, y la decisión de Disney de emitir este martes el cancelado programa del humorista Jimmy Kimmel. Son todos acontecimientos que apuntan a un renacer de la esperanza que nos permita creer que no todo está perdido frente al absolutismo de los que se consideran los nuevos dueños feudales del planeta.