Historias de hilaridad y terror

Santa Cruz de Tenerife

Es posible que muchos de ustedes no hayan oído hablar hasta ahora de un emú. La primera vez que yo lo oí fue la tarde de ayer, cuando saltó la noticia de que habían atropellado a uno cruzando una autovía de Gran Canaria. El parte policial seguía, muy serio, explicando otros detalles del suceso como si fuera lo más normal del mundo que la tercera ave más grande del planeta, procedente de Australia y potencialmente peligrosa, transitara tan pancha por nuestras carreteras. En Lanzarote también ha sido noticia un suceso inusual: un comisario de la Policía Nacional de Arrecife sigue en su puesto después de dar positivo en un test de alcoholemia, que le practicó de madrugada la Policía Local. En estos tiempos de sobreinformación y desinformación, hasta se agradece que alguna de estas informaciones entre surrealistas y ridículas nos saque al menos una sonrisa. Aunque esta se nos borre apenas unos minutos por otras crónicas macabras, pero reales, como lo ocurrida en Valencia estos días cuando encontraron muerto a un jubilado quince años después de su fallecimiento. Se pudrió solo en una cama sin que nadie se oliera nada, pese a tener hijos y vecinos. Estas historias de terror o hilaridad también dicen mucho de lo desnortada que está la sociedad en la que vivimos.