Tribunales

La amiga de Carmen Merino que guardó la cabeza declara que abrió el paquete "porque estaba harta de tenerlo en el armario"

Después llamó a la acusada para preguntarle si sabía lo que había dentro del paquete a lo que le contestó, “sí, ahora voy”

La acusada de asesinar a su pareja en 2019 en Castro Urdiales, Carmen Merino, en la segunda sesión del juicio en la Audiencia de Cantabria.

Santander

La acusada de decapitar a su pareja en Castro Urdiales, Carmen Merino, ha asegurado que la amiga a la que entregó una caja para que se lo guardara -que según su versión contenía juguetes sexuales y en la que apareció el cráneo de la víctima, Jesús María Baranda- la llamó la noche en la que abrió el paquete y, al llegar a su casa, bajó a recibirla y la dijo que tenía "un regalo" para ella en la vivienda, "la cabeza de Jesús en una bolsa", según le concretó subiendo al domicilio en el ascensor.

Sin embargo, esta mujer, ha afirmado que la procesada "miente", en este y otros extremos del caso, y ha indicado que cuando abrió los envoltorios -una bolsa de plástico y varias de basura, un neceser y papel de regalo- y vio "parte de la cabeza" salió "corriendo" en busca de su hermana y su cuñado, que llamaron a la Guardia Civil y ella a la sospechosa.

Una vez estaban todos en el lugar, ambas mantuvieron la última conversación que han tenido, según esta testigo, que le recriminó: "Lo que me has hecho no te lo voy a perdonar en la vida". Así lo ha manifestado este martes en la segunda sesión del juicio contra Merino, en la que se ha concluido su interrogatorio y se han iniciado las testificales, entre las que ha destacado la de esta mujer.

Además, en la Sección Tercera de la Audiencia Provincial de Cantabria también han declarado familiares y amigos del fallecido, banquero vasco jubilado de 67 años en el momento de su desaparición, en febrero de 2019. Su cráneo apareció en la caja en cuestión en el mes de septiembre, pero el cuerpo no ha sido encontrado aún.

Varios testigos han contradicho en sus declaraciones la versión de Carmen Merino y han apuntado a una supuesta mala relación entre ella y la víctima.

Carmen Merino ha declarado que la sierra de calar y la motosierra que supuestamente adquirió para deshacerse del cuerpo fueron compradas por la propia víctima para romper unos muebles, y que contrató a una persona para hacer “limpieza general” en su casa cuando desapareció Jesús Mari, por lo que tiró varias bolsas de basura con ropa, revistas o tierra de plantas.

La acusada, natural de Sevilla y de 64 años, está en prisión provisional desde el macabro hallazgo y se enfrenta a 25 años de cárcel que pide el fiscal por asesinato, aunque la acusación particular -ejercida por los hijos del finado- reclama prisión permanente revisable y la defensa, la libre absolución.

 
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