El único Pedro Ximénez de Castilla-La Mancha es por "amor de madre"
Bodegas Marisol Rubio nació como una apuesta arriesgada; ahora comercializa 25.000 botellas de vino con altas puntuaciones de gurús nacionales e internacionales
De la Bodega a la Mesa (18/09/2022)
Toledo
Amor de madre. En esa expresión se podría resumir el proyecto de la bodega que destaca por ser la única en la región que hace un vino Pedro Ximénez. Si la situamos en la localidad de Villanueva de Alcardete (Toledo) bien podríamos pensar que es una bodega dedicada a los espumosos pero la realidad es bien distinta. En Bodegas Marisol Rubio destacan por ser los únicos que, en Castilla-La Mancha, trabajan esta variedad más atada a zonas del sur peninsular como Montilla o Jerez.
Dos hermanos, Piedad y Jorge, encabezan el proyecto que pone en valor el trabajo de su padre, Cipriano, y el cariño a su madre, Marisol. A una altitud de más de 800 metros encuentran su lugar los viñedos de Airén, Tempranillo y Pedro Ximénez. Por esta última variedad su padre decidió apostar hace una década y media, pero hasta hace cuatro años no fue una realidad.
Ahora sus Pedro Ximénez han pasado de ser un sueño a poner en el mercado 25.000 botellas de un vino que ha alcanzado premios y buenas puntuaciones entre los gurús del vino a nivel nacional e internacional. La firma del puño y letra de Marisol Rubio viaja ahora, en el etiquetado de las botellas de sus hijos, por cualquier rincón de España, de Holanda o Dinamarca. ¿La razón? Sus hijos lo tenían claro: el proyecto nacía "por y para" su madre.
De su padre, Cipriano, subrayan "la valentía" por apostar por una variedad que no era tradicional en nuestra zona, pero que sin embargo decidió arriesgar con ella. Y es que la Pedro Ximénez es una variedad de uva de piel fina casi transparente, delicada y muy sensible a los climas húmedos. Por este motivo, la variedad de uva Pedro Ximénez ha dejado de cultivarse en marcos aireados por marinas brisas costeras: porque los rocíos marítimos la pudren con facilidad.
Por eso mismo, encuentra su hábitat ideal en climas secos y calurosos; y ahí es cuando Castilla-La Mancha entra en juego. Ahora, dos vinos "nuestros", "de aquí", CIPMA I y CIPMA II, expresan la personalidad de un terruño enclavado en un paisaje de monte bajo y evocando a lo que, tradicionalmente, ligamos al sur.