Sonia y Marisol Serrano, mujeres de Cuenca al frente de una confitería familiar

Cuenca

El Consejo Municipal de Igualdad de la ciudad de Cuenca reconoce con motivo del Día Internacional de la Mujer, en el área empresarial, a las hermanas Marisol y Sonia Serrano Conejero, propietarias y gerentes de Confitería Marisol, una pastelería familiar creada por sus padres y que lleva varias décadas endulzando los paladares conquenses. Las dos hermanas han abierto el obrador de su establecimiento de la calle Diego Jiménez para que los oyentes de Hoy por Hoy Cuenca conozcan su historia y la labor de gestión desarrollada por ellas y ahora reconocida.

“Es un orgullo recibir este premio que extendemos a todas las mujeres”, dice Marisol, a lo que añade su hermana: “Estamos muy orgullosas y seguro que nos va a dar fuerza para seguir adelante endulzando todos los momentos de los conquenses”. A lo largo de su carrera profesional han visto muchos cambios en el ámbito empresarial y de la mujer: “Cuando era pequeña es verdad que había más presencia masculina”, dice Sonia, “pero ahora mismo tenemos cuatro trabajadoras y tres trabajadores. Somos una pequeña empresa, pero una familia”. “Siempre he visto trabajando con nosotros tanto hombres como mujeres, pero sí que es verdad que las mujeres ahora estamos más valoradas”, remata Marisol.

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Más de 60 años

En el obrador de Confitería Marisol huele bien. Muy bien. “Estamos elaborando unos postres a base de bizcocho de chocolate, mojadito para que esté jugoso, con trufa, frambuesa y nata, y encima otro bizcocho de chocolate y selva negra”, nos cuenta Sonia Serrano que, junto a sus hermanos Marisol y Miguel Ángel, son propietarios y gerentes de este establecimiento de pastelería que cumple ya 62 años.

Marisol es la que da nombre a la confitería “que abrieron mis padres justo cuando yo nací y le pusieron mi nombre”, nos cuenta. “Yo empecé hace más de 40 años ayudando a mis padres, aquí todos los hermanos hemos empezado muy pronto, me gustó y me quedé”.

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En este obrador se elaboran tantas variedades de pasteles, postres, pastas o tartas, que no saben decir una cifra exacta de cuántos hay en el catálogo.

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“A eso se añaden los productos de temporada como las torrijas de cara a Semana Santa o los roscones en Navidad”, apunta Sonia. “Ahora mismo lo que más vendemos son los postres, que es como una ración de tarta individual y, al poder llevarte un surtido, la gente responde bastante bien. Y hay mucha variedad”. Pero no siempre ha sido así. En su día, como recuerda Marisol, “lo que más se vendían eran los clásicos pasteles por docenas, pero ahora prima el catálogo de postres con un amplio surtido de sabores”.

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Sabores tradicionales

Con más de 60 años de historia, la confitería Marisol aún conserva recetas originales “como los bizcochos, las pastas de Navidad o el alajú”, nos dicen, “son sabores de siempre que a los clientes les recuerda a su infancia y vienen expresamente a buscar ese turrón de guirlache de toda la vida”.

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Y para tradicional, el alajú, dulce típico de Cuenca y uno de los productos estrella de esta pastelería. “Es la misma receta que hacía mi padre y no hemos cambiado absolutamente nada”, dice Marisol. “Se elabora con miel, almendra, pan rallado, naranja y obleas”. Lo demás, las cantidades, las calidades y la elaboración forman parte del secreto de esta confitería.