Don Mónico, el gran inventor de Piedrabuena
Con el Centro de Estudios de Castilla-La Mancha repasamos la vida del visionario y autodidacta Mónico Sánchez Moreno
'Postales Manchegas', con Mireia Morollón: Mónico Sánchez
Ciudad Real
Mónico Sánchez, era conocido en su pueblo natal como Don Mónico. Era hombre de humilde cuna que, por su valía y el apoyo de algunos de sus paisanos que pronto la percibieron, tuvo la oportunidad de ir a Madrid y luego a Nueva York a estudiar la por entonces incipiente ciencia de la Electricidad. En esta ciudad acabó la carrera de ingeniero electricista (1907), comenzó a trabajar para las más importantes compañías eléctricas americanas e inventó el Aparato Portátil de Rayos X Sánchez, lo que causó la expectación de todo el mundo a partir de su presentación oficial en el Madison Square Garden en 1909.
"El físico alemán Röntgen fue quien descubrió los rayos X en 1895, pero eran aparatos grandes y pesados y Mónico tuvo la idea de hacer un aparato portátil", recuerda en Postales Manchegas, el historiador Isidro Sánchez que junto a Esther Almarcha, directora del Centro de Estudios de Castilla-La Mancha, han destacado la trayectoria de Mónico Sánchez y el hecho de que volviera a Piedrabuena, su localidad natal, donde montó su propio Laboratorio.
Estando en Ciudad Real, en 1935 fue elegido presidente de la Cámara de Comercio hasta el año 61, cuando murió.
En Postales Manchegas, también han significado el trabajo realizado por el ingeniero y divulgador científico Juan Pablo Rozas por poner en valor la figura del inventor de Piedrabuena, poniéndolo en contacto con su familia y descendientes su figura.
Nacido en Piedrabuena en 1880, comenzó a trabajar en principio como dependiente en Fuente el Fresno y San Clemente, en Cuenca. Con 20 años se fue a Madrid atraído por las cuestiones de técnica e ingeniería. Hizo un curso por correspondencia en una Academia Británica y en 1903 decidió viajar a Nueva York, sin ni siquiera manejar el inglés. Hasta tres veces viajó allí donde puso en marcha el aparato portátil de Rayos X, produciéndose con ello una verdadera revolución dentro de la electricidad médica.
Un logro que se le ha reconocido en su localidad natal donde el Instituto de Enseñanza Secundaria lleva su nombre y donde se está construyendo un museo que albergará su legado. En este sentido, Almarcha y Sánchez coincidían en desear que el museo cuente con los suficientes medios para garantizar su mantenimiento y continuidad.