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Torrent, el piloto que se hizo pintor y creó su museo en un pueblo de Cuenca

‘La Loma del Olvido’ es un centro de arte contemporáneo ubicado en la localidad conquense de Landete donde se expone la obra artística de este creador

Torrent, el piloto que se hizo pintor y creó su museo en un pueblo de Cuenca

Torrent, el piloto que se hizo pintor y creó su museo en un pueblo de Cuenca

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Cuenca

Los centros de arte contemporáneo acostumbran a erigirse en grandes ciudades. Rara vez buscan la tranquilidad del medio rural. Pero hay excepciones. En la ciudad de Cuenca destacan sus museos de Arte Abstracto, la Fundación Antonio Pérez, el Espacio Torner. Actividad cultural que ha extendido su influencia a localidades de esta provincia como Huete con el Museo de Fotografía, San Clemente con el Museo de Obra Gráfica o Alarcón con la galería MOA. En Mira hay un Centro Dramático Rural que programa talleres y representaciones teatrales y que ha dado vida y color a las empinadas calles de este pueblecito conquense.

No muy lejos de ahí está Landete, pueblo cabecera de la comarca de la Serranía Baja, a las puertas ya de la Valencia castellana. Aquí encontramos desde 2018 el Centro de Arte Contemporáneo La Loma del Olvido, un espacio creado por los hijos del artista levantino Raúl Torrent para difundir su obra.

Torrent

Raúl Torrent fue un pintor nacido en Alicante en 1925 que acabó en la localidad conquense de Landete donde pintó y creó su museo. Antes de todo eso fue piloto militar de helicópteros en el Sahara, periodo que marcó el devenir de su vida posterior.

Como pintor, su obra inicial se enmarca en el informalismo abstracto, influenciado por Cruz de Castro o Manolo Millares (del que hay buena representación de su obra se puede ver en el Centro de Arte Contemporáneo de la Fundación Antonio Pérez en Cuenca), utilizando materiales como tierras, cuerdas y sacos.

Su estilo evolucionó hacia una figuración expresionista, destacando unos autorretratos densos y desgarradores. Durante más de quince años pintó autorretratos compulsivamente, con ojos saliendo de las órbitas. En medio de esa agonía vislumbramos las pinturas negras de Goya. Alguna vez se desviaba de su obsesión y pintaba retratos de figuras femeninas o infantiles, generalmente por encargo, y paisajes de su entorno.

El pintor Raúl Torrent.

El pintor Raúl Torrent. / Paco

“Mi padre era una persona bastante atormentada”, explica su hija Rosalía Torrent Esclapés, catedrática de Estética y Teoría de las Artes en la Universitat Jaume I de Castellón y directora de La Loma del Olvido. “Vivió una infancia muy difícil en un momento muy duro de la historia de España y no lo pasó bien. Era una persona muy apasionada y que, muy probablemente en otro contexto histórico y de su propia historia personal, hubiera sido muy distinto”.

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Piloto en el desierto

“Mi padre no era muy directo a la hora de hablar de aquella etapa profesional que nos llevó a toda la familia al Sahara. Vivimos en Canarias cuando mi hermano y yo éramos pequeños”, apunta Rosalía. “Sí sé que le apasionaba lo distinto y creo que se hizo militar para marcharse fuera y ver otras cosas. Creo que fue por huir. Pero abandonó pronto esa profesión de piloto para pasar a destinos civiles”.

“En el Sahara se encargaba del seguimiento de tropas nómadas. A él le encantaba aquel trabajo. Era una persona relativamente alta que parecía árabe. En las fotos que guardamos de esa época se le ve en su propio medio. Siempre le encantó el desierto”, rememora su hija.

Sala con pinturas de Torrent en La Loma del Olvido.

Sala con pinturas de Torrent en La Loma del Olvido. / Paco

El pintor

Su cambio, desde la profesión militar a la artística fue relativamente rápido. “A los 35 años ya estaba pintando sus arpilleras, ya conocía a los informalistas españoles”, precisa Rosalía.

A inicios de los años 60, Raúl Torrent comienza su carrera en el informalismo abstracto. Sus obras de esta etapa, dominadas por grises y figuras humanas dramáticas, evolucionan en los 70 hacia retratos, paisajes y bodegones poco convencionales con humor corrosivo. En las dos décadas siguientes, se enfoca obsesivamente en autorretratos expresionistas comparables en intensidad emocional a Frida Kahlo.

Autorretratos expresionistas de Torrent.

Autorretratos expresionistas de Torrent.

Landete

Pero la vida es así de caprichosa y en uno de esos giros inesperados llevó a Torrent a Landete, en Cuenca. Allí fue destinada su mujer como profesora de Latín. “Ahí encontró su felicidad”, apunta su hija. “Sus ríos, su paisaje, sus puestas de sol, sus noches. Le gustó muchísimo”.

Al principio tenía que compatibilizar este pueblo con sus quehaceres profesionales y vivía a caballo entre Landete y Castellón donde encontró un destino en su carrera militar más cercano a ese paraíso que describe Rosalía. “Conforme pasaban los años cada vez pasaba más tiempo en el pueblo”.

Allí adecuó su hogar en el Nidoto, “una casa de artista muy peculiar con los suelos pintados de rojo, con cuerdas en el techo, con rejas que él mismo diseño. Aquí hemos conservado sus hijos su casa y su espacio”.

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El museo Torrent

La vida sigue siendo caprichosa. Resulta que en Landete hubo durante la guerra civil una especie de aeródromo, un campo de aviación, con pistas de aterrizaje, refugios antiaéreos y hangares de avionetas. El destino volvía a unir a Torrent con su vieja profesión de piloto. “Compró aquellos edificios y allí llevó la masiva obra que había producido. Cientos y cientos de cuadros. Todas las paredes estaban llenas. Aquella obra sobrecogedora de sus últimos años ocupaba todo”.

Edificio de La Loma del Olvido.

Edificio de La Loma del Olvido. / http://lomadelolvido.es/

La Loma del Olvido

El pintor Torrent murió en 2001. Años después, en 2018, sus hijos reconvirtieron aquel museo en el actual Centro de Arte Contemporáneo La Loma del Olvido. El edifico, en forma de U con un patio central, alberga en sus naves la obra del artista y deja espacio para exposiciones temporales. La próxima se inaugura el 3 de agosto con obra del diseñador Josep Poblet y de la artista Inma Coll.

En primer plano, cerámicas de Bibí Mompó. Al fondo, pinturas de Torrent.

En primer plano, cerámicas de Bibí Mompó. Al fondo, pinturas de Torrent.

Rosalía Torrent, que aparte de catedrática de materias artísticas ha sido directora durante diez años del Museo de Arte Contemporáneo Vicente Aguilera Cerni de Vilafamés (Castellón), es buena conocedora de lo que se está creando actualmente y consigue llevar a este pueblo de Cuenca, muestras de calidad. “Yo me dediqué a la historia del arte por ver a mi padre y a la gente que estaba a su lado. Yo creo que es un pintor extraordinario, un pintor por descubrir”.

“Mi padre dejó escrito en su libro El Mono: ‘Yo no querría haber nacido, pero ya que he nacido me quedaría aquí en la loma’. Y aquí conservamos sus cenizas. Lo del olvido viene porque él era una persona muy atormentada y sabía que el olvido está muy presenten en nuestras vidas. Pero no le vamos a olvidar. Mi hermano y yo trabajamos para mantener vivo su legado artístico”.

Paco Auñón

Paco Auñón

Director y presentador del programa Hoy por Hoy Cuenca. Periodista y locutor conquense que ha desarrollado...

 
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