Leer en comunidad: 33 años de historia de las Amigas de la Lectura de Cuenca
Creada en 1991, la asociación acaba de recibir el reconocimiento a la Creación Literaria, Edición y Fomento de la Lectura de Castilla-La Mancha
Leer en comunidad: la historia de las Amigas de la Lectura de Cuenca
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Cuenca
La Asociación Amigas de la Lectura de Cuenca recibió el pasado 24 de octubre en Campo de Criptana (Ciudad Real) la Medalla al Mérito Cultural en la categoría de Creación Literaria, Edición y Fomento de la Lectura que concede el Gobierno de Castilla-La Mancha. En el espacio El rincón de leer que emitimos los lunes en Hoy por Hoy Cuenca hemos conocido con Begoña Marlasca, miembro fundadora de la asociación, por qué es única en su singularidad y en el campo de las bibliotecas, y lo que significa leer en compañía durante más de 30 años.
Para celebrar la concesión de esta medalla, el 12 de diciembre la asociación quiere reunir a todas las personas (casi todas mujeres, pero también varios hombres) que a lo largo de más de 30 años se unieron a esta aventura colectiva de la lectura en común, “porque es para celebrarlo con orgullo”, dice Marlasca. “La medalla es de muchas personas, muchas mujeres, que no tenían nada fácil acercarse a la cultura a través de la lectura en el principio de la década de los 90 en Cuenca”.
Mujeres y clubes de lectura
El gran especialista sobre la lectura, el profesor Roger Chartier, nos cuenta cómo los primeros grupos de lectura nacieron principalmente a partir de la iniciativa de mujeres, como Safo de Mitilene, en Siracusa, 500 años antes de Cristo, o Santa Marcela, que en su quinta de Monte Aventino, cerca de Roma (400 años d.C.) ya se reunían con otras mujeres para charlar de lo que leían, incluso la bisnieta de Mahoma, Sukayana, 671-736, también abrió su casa para los poetas.
Tras la imprenta y en los siglos siguientes vinieron ya los cafés, las casas, las academias y las tertulias, como lugares donde la gente se reunía para charlar de los libros que leían y compartir debates e ideas, impulsadas en gran parte por mujeres. En fin, la historia nos habla de muchas referencias sobre lo que hoy conocemos como clubes de lectura.
Hoy, los miles de clubes de lectura que existen en España están formados mayoritariamente por mujeres, que por cierto siguen leyendo más que los hombres (68,6% frente al 59,3%) según los últimos datos estadísticos.
El primer club de lectura de Cuenca
En España fue en los años 80 del siglo XX cuando la propuesta de clubes de lectura para adultos comienza a surgir en el ámbito de las bibliotecas públicas. “Tras Guadalajara y Madrid, Cuenca figura en el tercer puesto nacional en la cronología de esta iniciativa”, apunta Marlasca. Y por supuesto, en todos ellos las participantes mayoritarias eran mujeres. “En Cuenca el primer club de lectura, que nosotros llamamos Taller de Lectura, fue iniciado por mí en 1987 en la Biblioteca Pública del Estado (BPE) Fermín Caballero, con la colaboración del Centro de Educación de Adultos y la profesora Mª Luisa Pardo”.
“Un grupo de mujeres que estudiaban el graduado escolar en ese centro fueron las primeras personas que se incorporaron a la iniciativa de la biblioteca”, dice esta pionera. “Luego se fueron sumando muchas más participantes, casi todas mujeres”.
Amigas de la Lectura
“El Taller de Lectura de la biblioteca fue creciendo poco a poco, siempre con una aplastante mayoría de mujeres, aunque estaba dirigido a público adulto en general”, matiza Begoña, “y tras tres años de experiencia de lecturas compartidas, se aprobó entre el colectivo de mujeres participantes, a iniciativa de la profesora Mª Luisa, crear una asociación de mujeres que pudiera ayudar a la biblioteca a acercar la cultura a los adultos a través de la lectura y a llevar a cabo más actividades complementarias a la lectura en común”.
En aquellos años la biblioteca Fermín Caballero no disponía de presupuesto para actividades culturales. La Asociación Cultural de Mujeres Amigas de la Lectura se crea en 1991, hace ahora 33 años. “Y fue cuando comenzó toda una batería de acciones anuales como viajes culturales, encuentros con autores, conferencias, charlas-coloquio, visitas a museos, cine, teatro, música…”, recuerda Marlasca.
Objetivos fundacionales
“El principal objetivo es promover y fomentar la lectura, la participación y la realización de actividades culturales de todo tipo, siempre en colaboración con la biblioteca Fermín Caballero que la vio nacer, y con otras bibliotecas e instituciones culturales locales o regionales”, matiza Begoña Marlasca que fue directora de esta biblioteca durante varias décadas.
Hoy, la asociación está presente en tres de los clubes de lectura de la BPE Fermín Caballero (Endrinas, Galateas y Letras Mágicas) y es un referente cultural en Cuenca y en Castilla La Mancha. “Quién conoce un colectivo de personas lectoras que durante más de 33 años continúen su andadura…”, se pregunta su fundadora.
Otros clubes de lectura
En los primeros años de su andadura la asociación viajó a diversas poblaciones, “creo que comenzamos en Tarancón”, quiere recordar Marlasca, “para animar a crear nuevos clubes, a ser posible siempre bajo el paraguas de la biblioteca municipal de la localidad”.
Y gracias a la iniciativa de otros bibliotecarios hoy hay en Cuenca cerca de 90 clubes de lectura para adultos y cerca de 650 en Castilla La Mancha, muy activos. Los bibliotecarios organizan para sus clubes encuentros provinciales cada año y traen escritores muy variados para encontrarse con lectores.
“En Cuenca tenemos la fortuna de contar con los programas de la Diputación Provincial que está recogiendo el testigo de la actividad que iniciamos hace tantos años en la Biblioteca Fermín Caballero y con la asociación, aprovechan las ferias del libro o el programa de Los Libros viajan por la provincia favoreciendo que los escritores se topen en directo con cientos de lectores de clubes de las bibliotecas municipales de nuestra provincia”, nos cuenta.
Premio Glauka
Justo al año siguiente de crearse la asociación Amigas de la Lectura de Cuenca, este grupo de mujeres “que bullía de ideas nuevas”, dice Begoña, creó el Premio Glauka en 1992, “para reconocer a personas o instituciones que fomentaran la lectura y la cultura”. Se ha concedido durante 33 ediciones seguidas y es el acto público más representativo e identificador de esta asociación, que no da ninguna concesión económica a los premiados. Actualmente se entrega un original cuadro diseñado específicamente por el artista conquense Rubén Navarro.
“Cada acto se concibe como un homenaje especial al premiado”, dice Begoña. “Es un acto muy participativo donde intervienen muchas personas y asisten, además de la asociación, miembros de clubes de lectura, amigos lectores, usuarios y colaboradores de la biblioteca, escritores, otros premiados, autoridades y mucho público interesado. Creo que siempre hemos tratado de que sean actos originales y únicos, como cada premiado”.
Premiados
En los primeros años de este galardón conquense, la asociación premió a personas directamente relacionadas con la acción de fomento de la lectura desde la biblioteca y con los colaboradores del Taller de Lectura para adultos, impulsores directos de su actividad lectora y cultural. Pero poco a poco el Premio Glauka fue ampliándose también a personalidades e instituciones fuera del ámbito local, “siempre con la total libertad y la variabilidad que supone la composición de la Asociación, en función de las lecturas, de las actividades culturales, del momento concreto…”, dice Marlasca. “Escritores de ámbito nacional o local, bibliotecarios, instituciones culturales, profesores, dinamizadores culturales… si muy variado”.
Entre los escritores quizá más conocidos están Rosa Montero, Carmen Posadas, Josefina Rodríguez Aldecoa, Soledad Puértolas, Irene Vallejo, Javier Moro. “Y tenemos a una escritora inglesa maravillosa que también es Premio Glauka, Nell Leyshon, que vino para la edición de 2022”, recuerda Begoña.
Lecturas
“Comenzamos leyendo textos breves”, recuerda, “había que animar a leer en una experiencia nueva para todos: cuentos de la tradición española, de autores del realismo español, periódicos, en aquella época las mujeres no solían leer periódicos, pequeñas poesías… y poco a poco nos fuimos adentrando en novelas”.
Fue la lectura de El río que nos lleva, La sonrisa etrusca y La vieja sirena, de José Luis Sampedro, lo que impulsó a la creación del Premio Glauka, la protagonista sirena, y a invitar al mismísimo Sampedro, a compartir una tarde en Cuenca con lectoras y a entregar el primer Premio Glauka en 1992. “Fue una experiencia increíble”, dice Begoña. “Dejó tanta huella que desde entonces el escritor venía a Cuenca en cuanto podía, sobre todo si acababa de publicar una nueva novela. No dejó de venir hasta su muerte, que fue en 2013. Sampedro fue el que nos impulsó lo que nosotras llamamos El espíritu Glauka una mezcla de amor a la lectura, humanismo y solidaridad”.
“Leemos principalmente novela, cuentos, pero también poesía, teatro y en menos cantidad ensayo”, detalla Marlasca. “No nos sometemos a un género concreto. Se leen libros clásicos, autores de otros tiempos, autores actuales, españoles, europeos, y de otras muchas nacionalidades. Historias de antes, de ahora y de siempre. Leemos el mundo en realidad. Es imposible resumir la cantidad y variedad de libros leídos, durante más de 30 años. Y no nos han asustado los libros electrónicos aunque preferimos el papel”.
La importancia de leer en común
“Leemos en soledad. Eso es imprescindible”, dice Begoña. “Pero luego compartimos con otras personas lo que nosotros hemos leído previamente. Yo siempre digo que en nuestros talleres de lectura no leemos un libro, lo desgranamos, lo desmenuzamos, lo desguazamos… Profundizamos en todos los aspectos posibles, el autor, la historia, el estilo literario, las ideas y contenidos, lo que sugiere o no… Y confrontamos todo”.
“Pensemos lo que supone poder aprender algo nuevo en cada lectura, estimular la curiosidad ante el conocimiento, la imaginación, la riqueza de la lengua, la importancia de saberse expresar, de escribir, de hablar, de escuchar, de oír opiniones y puntos de vista diferentes a los tuyos, de conocer al autor de lo que estás leyendo, de ampliar horizontes vitales constantemente, de conocer la historia, otras vidas y otras culturas, hacerse crítico con lo que leemos, aprender a pensar por nosotros mismos, empatizar con los demás, crear tus propias historias, hacerte creativo y soñador, realista y analítico…. Saber juzgar, comparar, evaluar, sentirse libre… Conocer la historia de las gentes del pasado, sentirte parte de tu comunidad, del momento en que te ha tocado vivir… En fin… Leer y vivir el mundo. Y es que leer libros nos ayuda a leer mejor nuestra realidad”, reflexiona Marlasca.
Lecturas actuales
Estos días están leyendo 30 maneras de quitarse el sombrero, de Elvira Lindo, publicado por Seix Barral en 2018, “con 30 breves perfiles biográficos de mujeres, incluyendo su propio autorretrato, artistas, creadoras y escritoras que han tenido que luchar mucho en el tiempo que les tocó vivir y que tuvieron que quitarse el sombrero de los convencionalismos sociales de su momento”, dice Begoña. “Es de muy amena lectura y te propone muchas reflexiones sobre el papel de las mujeres en la sociedad”.
Otra lectura es La mujer helada de Annie Ernaux,publicado en Cabaret Voltaire, autora francesa que recibió el Premio Nobel en 2022. “Narrado en primera persona por una mujer educada fuera de los convencionalismos sociales de género, con una madre y un padre que no se corresponden con los roles habituales de lo que en su infancia y adolescencia hacían un padre y una madre, y nos cuenta cómo se va diluyendo su identidad de mujer y las consecuencias que eso lleva a su vida, contado con un estilo literario autobiográfico, contundente, irónico e implacable”, resume Marlasca.
A los que no leen
“Para mí”, dice Begoña, “no leer es privarte de una experiencia vital única e increíble, aunque respeto profundamente la decisión personal de no leer, pero me gustaría que si se ejerce ese derecho a no leer que sea habiéndolo probado antes, o sea, decidir no leer tras haber leído antes o haber leído bajo el paraguas de un club de lectura”.
“Y sé que hay gente que como no ha leído de niño o de joven, no ha podido adquirir el hábito de la lectura, y cree que ya no podrá hacerse lector… Y aquí sí que hemos de decir que no hay edad para hacerse un gran lector. Los clubes de lectura ayudan mucho a los adultos a hacerse lectores. Pero tampoco leer supone ser superiores a nadie. Como dice el escritor mexicano Gabriel Zaid: ¿Qué importa si uno es culto, está al día o ha leído todos los libros? Lo que importa es cómo se anda, cómo se ve, cómo se actúa después de leer. Si la calle y las nubes y la existencia de los otros tienen algo que decirnos. Si leer nos hace, físicamente, más reales”.
Paco Auñón
Director y presentador del programa Hoy por Hoy Cuenca. Periodista y locutor conquense que ha desarrollado...