El secreto bajo la viña: cuidar el suelo para salvar al viñedo del futuro
La DO Uclés celebra su jornada técnica sobre sostenibilidad el próximo 15 de diciembre y destaca el papel de los hongos micorrícicos
El secreto bajo la viña: cuidar el suelo para salvar al viñedo del futuro
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Cuenca
El lunes 15 de diciembre, el histórico Monasterio de Uclés volverá a convertirse en el centro del debate vitivinícola castellano-manchego con la celebración de la 11ª Jornada Técnica organizada por la DO Uclés, este año bajo el título de Sostenibilidad y rentabilidad en la bodega: gestión del agua y del suelo en la viña.
Entre el panel de expertos, destaca la participación de Jaime Olaizola Suárez, doctor ingeniero de Montes y fundador de ID Forest Biotecnología Forestal Aplicada, un laboratorio pionero en el análisis genético y microbiológico de suelos agrícolas.
Su ponencia, centrada en la importancia de los hongos micorrícicos en la sostenibilidad de la viña, profundiza en un aspecto del terruño del que apenas se hablaba hace unos años, pero que hoy está transformando la forma de entender la viticultura.
La DO Uclés analiza cómo la vida del suelo mejora la sostenibilidad y la rentabilidad del viñedo. / Paco
La DO Uclés analiza cómo la vida del suelo mejora la sostenibilidad y la rentabilidad del viñedo. / Paco
Jornada Técnica de la DO Uclés
La DO Uclés ya ha abierto las inscripciones para la jornada.
Los interesados pueden apuntarse a través de:
Correo electrónico: comunicacióndeoucles@gmail.com
Teléfono: 652 148 531
Más información: en la web oficial vinosdeucles.es
Además, la organización ofrece autobús gratuito desde Madrid, con salida a las 8:00 h, previa inscripción.
La revolución biológica del suelo
Durante décadas, cuando se hablaba del suelo se hacía referencia a elementos físico-químicos: arcillas, calizas, cantos rodados, pH, carbonatos… Sin embargo, como explica Olaizola, ese enfoque resultaba incompleto: “En la singularidad de un suelo que aporta características únicas a la uva, la parte biológica es determinante. Y de eso, durante mucho tiempo, no se hablaba nada”.
Hoy, la tecnología ha permitido mirar bajo la superficie. Los análisis genéticos de suelos, antes reservados a grandes centros de investigación, están al alcance de pequeñas empresas especializadas. Gracias a ello, el sector vitivinícola empieza a comprender el papel de los microorganismos del suelo, actores invisibles pero decisivos en la salud del viñedo y en la calidad del vino.
Jornada Técnica de la DO Uclés: el suelo, clave para el futuro del viñedo
Jornada Técnica de la DO Uclés: el suelo, clave para el futuro del viñedo
Un viñedo con problemas
Olaizola lo resume claramente: la agricultura arrastra un problema silencioso. Tras 50 o 60 años de abonado intensivo con nitrógeno, fósforo y potasio (NPK), muchos suelos presentan descompensaciones severas en su microbiología. La planta recibía nutrientes, sí, pero a costa de degradar el ecosistema que permite que esos nutrientes lleguen de forma natural a la raíz.
Este deterioro explica el auge de la agricultura regenerativa, que busca reconstruir la vida del suelo para mejorar la capacidad de la planta para alimentarse, crecer y resistir el estrés climático.
Los hongos micorrícicos
En este contexto emergen los hongos micorrícicos, protagonistas de la ponencia de Olaizola y auténtico termómetro de la salud del suelo.
¿Qué los hace tan especiales? Son el único microorganismo capaz de unirse directamente a la raíz de la vid. Penetran en sus células para intercambiar nutrientes, en una simbiosis perfecta: el hongo aporta agua y minerales; la planta le entrega azúcares.
Además, aumentan la capacidad del viñedo para soportar sequías y estrés hídrico, un desafío cada vez más frecuente. Disminuyen con labores agresivas, compactación del terreno o exceso de laboreo. Su presencia, afirma Olaizola, “es un indicador directo de buena gestión del suelo. Donde hay micorrizas, hay futuro”.
“En la singularidad de un suelo que aporta características únicas a la uva, la parte biológica es determinante. Y de eso, durante mucho tiempo, no se hablaba nada”. / Paco
“En la singularidad de un suelo que aporta características únicas a la uva, la parte biológica es determinante. Y de eso, durante mucho tiempo, no se hablaba nada”. / Paco
Bodegas con suelos vivos
ID Forest colabora ya con numerosas bodegas españolas mediante un proceso en dos fases:
1. Identificación del estado real del suelo
Cada parcela tiene una historia distinta: distintas labores, suelos removidos, zonas compactadas… Los análisis genéticos revelan entre 2.000 y 3.000 microorganismos presentes en cada muestra.
Del total, el equipo selecciona únicamente aquellos que sirven como indicadores: hongos micorrícicos, tricodermas, bacterias PGPR, solubilizadoras de fósforo, etc.
2. Creación de un cóctel microbiológico propio
Muchas bodegas optan por una solución aún más personalizada: un “cultivo propio” de microorganismos autóctonos, específico de su suelo y su terruño microbiológico, sin introducir microbios externos que puedan alterar su identidad.
El objetivo final es claro: favorecer los microorganismos beneficiosos y adaptar las labores del viñedo para protegerlos.
Suelos sanos, vinos mejores
El mensaje de la investigación es rotundo: la sostenibilidad de la viña empieza bajo tierra. Un suelo vivo no solo es más fértil; también ayuda al viñedo a resistir sequías, reduce la dependencia de fertilizantes y mejora el equilibrio natural del ecosistema.
En definitiva, impulsa una viticultura más resistente, más rentable y más alineada con los retos climáticos actuales.
Paco Auñón
Director y presentador del programa Hoy por Hoy Cuenca. Periodista y locutor conquense que ha desarrollado...
