La morcilla de Burgos ha ganado un 30% en ventas desde que cuenta con la IGP
El sello de Indicación Geográfica Protegida (IGP) engloba ya a más de la mitad de los productores de la ''mejor embajadora'' gastronómica de Burgos
Burgos
La Indicación Geográfica Protegida (IGP) Morcilla de Burgos ha conseguido certificar a más de la mitad del sector en los dos años y medio que lleva funcionando bajo el paraguas de la marca de calidad.
La labor de mentalizar a los productores en este tiempo, en un sector tan atomizado, ha logrado duplicar el número de industrias y obradores artesanos que cuentan con certificación de garantía de producto, pasando de 6 firmas a 15 en la actualidad, adscritas a la IGP.
En paralelo, la promoción de la que llaman ''mejor embajadora de Burgos'', lleva cerca de 9 millones de impactos en medios digitales y redes sociales, ha consolidado 300 empleos y ha permitido aumentar un 30% la facturación, hasta llegar a los 60 millones de euros, manteniendo su arraigo en los pueblos, destaca el presidente de la IGP Morcilla de Burgos, Roberto Da Silva, quien estima que el 99% de la producción está asentada en el ámbito rural.
Roberto Da Silva cree que todavía queda mucho camino por delante para extender la repercusión gastronómica de un ''producto humilde'', pero que incluso puede funcionar como ingrediente de alta cocina, con la proyección social que implica que un chef famoso utilice morcilla de Burgos. Por eso, la IGP procura estar presente en el mayor número de encuentros y ferias a nivel nacional e internacional.
Caja Viva y la Fundación Caja Rural han aportado 15.000 euros, un 33% más que hace dos años, a la Indicación Geográfica Protegida Morcilla de Burgos para contribuir a consolidar esta marca de calidad y dar a conocer las bondades y el potencial de la morcilla como producto gourmet.