El año en el que se vivieron grandes disturbios en Aranda de Duero
Antes del estallido de la Guerra Civil, se vivieron momentos de tensión con una gran pelea que dejó muchos heridos en la ciudad
El Frontón Aranda / Máximo López Vilaboa
Aranda de Duero
Aranda de Duero ha vivido episodios muy llamativos a lo largo de toda su historia, y este es uno de ellos. Si hace unas jornadas conocíamos uno de los lugares icónicos que reunía a la sociedad arandina desde los años 30 a los 80, como era el extinto Frontón, con Máximo López Vilaboa conocimos ese día otro episodio que tuvo lugar en sus proximidades y que tiene muchos testimonios contradictorios, tal y como se puede extraer de muchas informaciones que en su día se relataron en las ediciones impresas de Diario de Burgos.
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La fecha y el motivo
Primero hemos de ubicarnos temporalmente en la noche del 31 de mayo de 1936. Aquella noche se produjo una noche inédita, previa al inicio -como habrán podido comprobar por fecha- de la Guerra Civil. Fue una noche que tuvo "una violencia inédita" con unos disturbios que se inician en El Frontón. El día siguiente, el citado periódico publicada una crónica titulada En Aranda de Duero, incidentes a la salida de un baile que explicaba que sobre las diez de la noche, "se produjo una discusión entre fascistas y extremistas de la izquierda", dándose "diversos gritos y entablándose seguidamente una reyerta que generó en una batalla campal, saliendo a reducir armas, piedras y palos".
El conflicto sigue en el hospital
Explican, además, que a causa de este enfrentamiento "resultaron heridos entre treinta y cuarenta arandinos de ambos bandos políticos, algunos de los cuales tuvo que ser trasladado a la capital por su gravedad", siendo el resto derivados al Hospital Santos Reyes, donde según relata el citado artículo también de Diario de Burgos "en sus pasillos se continuó con los insultos y amenazas, incluso con exhibición de armas de fuego (...) y durante esa madrugada el Director del Hospital tuvo que hacer un llamamiento para que reinara la sacrosanta neutralidad de los hospitales, merecedora de respeto hasta en las guerras más cruentas, a la vez que solicitaba la presencia de la Guardia Civil".
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José María Rojas, en su libro “Semilla de libertad II. El expolio franquista” (2011), destaca la riña tumultuaria del Frontón como un momento clave en las semanas previas a la Guerra Civil. “El 31 de mayo de 1936 hubo una pelea en el frontón arandino entre falangistas y jóvenes de izquierdas. A estos últimos, el juez, que era de derechas, los mandó al penal, en tanto que dejó en libertad a los facciosos”. Varios de los detenidos son trasladados a la cárcel de Burgos a la espera de juicio. El estallido de la guerra les sorprende todavía en prisión y, tras una simulación de liberación el 25 de agosto de 1936, son asesinados en la fosa de la Andaya, en las proximidades de Lerma. José María Rojas contabiliza 12 fusilados en la Andaya de los que presuntamente participaron en los sucesos del Frontón.

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Este juez instructor de Aranda publicó un artículo el 16 de junio de 1937 en el que rememoraba estos hechos y recordaba cómo pasó aquella noche “armado de paciencia estuve dos horas, a la puerta de la Cárcel, con una pareja de la guardia civil y otra de seguridad, sin poder practicar diligencias, por impedirlo la multitud, allí agolpada, sin recibir refuerzo de la fuerza pública (pedido al Cuartel y al Gobernador) a merced de los grupos, que se disolvieron, cuando, requeridos por el que hacía las veces de alcalde, llegaron guardia civil y de asalto”. Igualmente señala que “diferentes grupos recorrían la población, apaleando al que encontraban, apedrearon edificios, corrieron tras de algunos falangistas, que se libraron de una agresión por pies; fueron a la salida de los cines para pegar a los que encontraran; el inspector de alcoholes, al verse perseguido, hizo un disparo al aire y para qué quiso más, le siguieron para matarle, teniendo que refugiarse en una casa, de donde fue sacado por la Guardia Civil, acompañado de un concejal llevándole detenido y estuvo a punto de morir linchado; un guardia civil fue desarmado, haciendo disparos con el fusil contra la pareja; a otro guardia de seguridad le quitaron la pistola; y por todos los sitios se oían disparos”.

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La huelga
El lunes, 1 de junio, se declaró una Huelga general en Aranda como protesta por las detenciones y se suspendió el Pleno del ayuntamiento que había convocado. Mercedes Díaz-Plaza, que ha publicado en 1996 y 2007 dos estudios sobre la Guerra en Aranda, destaca la gran sensación de miedo que se vivió a partir de aquellos sucesos.

Jorge Alvarado
Periodista. Responsable Digital de la SER en Aranda. Presentador de Hoy por Hoy Peñafiel y El Banquillo...




