De discoteca a restaurante icónico en Aranda: El 51 del Sol, el hogar de la gastronomía cercana
En nuestra segunda entrega de El Rincón del Gourmet conocemos las entrañas y caras que comprenden esta gran familia que lleva muchos años trabajando en conjunción y expresándose en sus platos
El 51 del Sol, el hogar de la gastronomía cercana
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Aranda de Duero
David Izquierdo es cocinero y pensador. Pensador se lo llamaban sus tíos "porque para cocinar hay que pensar". Al abrir la puerta del 51 del Sol se entra a su casa, donde pasa prácticamente todo el día. Y en esa casa hay muchos hermanos, que en algunos casos, llevan 17 años juntos. En la cocina suena Estopa a todo trapo. A veces música indie, y en otras ocasiones clásica para contentar a quienes la transitan y habitan, donde hay complicidad, y donde se habla mucho -sobre todo en los platos-. El 51 del Sol es un proyecto que pronto hará siete años de vida y que abrió sus puertas sustituyendo a una conocida discoteca de Aranda de Duero. "Era la discoteca de Juanjo, el Sol 49. Nosotros estábamos en otro sitio, y cuando decidimos abrir un nuevo espacio en nuestro pueblo, lo fácil era venirse a un local cercano al centro, porque queríamos que la gente viniera aquí a propósito. Se hizo una remodelación del espacio, con la zona del 'jodido bar', una zona interior, un comedor y sala para 60 personas y un privado para otras 48. Y la historia es el nombre. Todos veníamos al Sol 49, y lo fácil era ubicar ese nombre con el 51, que era el portal correspondiente. A Juanjo le había ido bien ahí", dice.
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El baile de los gustos
De ir a bailar, a que les hagan bailar las papilas gustativas. Ha cambiado la forma, pero quizá no tanto el fondo de ese lugar para sus clientes. "Hacemos una cocina tradicional, de producto, basada en raíces castellanas, y para hacerlas bailar tienes que conocer otras cocinas o ingredientes", revela Izquierdo, desgranando sus muchos menús de degustación, como el Terruño, que "llega a los ocho pases", y bajo la premisa de que la comida no sea larga, sino la sobremesa. En esta cocina se le da una vuelta a la tradición sin perderle ni un ápice de respeto. Y siempre se innova, porque como bien dice el chef "cocinas toda la vida, y no eres nadie; la cocina no deja de cambiar, y te toca aprender". Y se confiesa, "nunca me he movido del pueblo por el cariño que tengo a la familia y al terruño, siempre dándole importancia a lo que tenemos aquí, que es mi fórmula de trabajo, y así llevamos 23 años".
¿Sueñan con la Estrella?
Algunos creen que, de seguir así, algún reconocimiento podría llegar en no mucho tardar al 51... ¿Sueñan con la Estrella? "La Estrella ya la tenemos. Tenemos grandes empresas en Aranda. Y vienen a comer. Las guías te dan reconocimiento, y estar en una sería la leche. Si lo llamas Estrella sería el copón, pero nuestro restaurante no está preparado para el servicio que demandan algunas Guías. Aquí nos centramos en dar cariño al cliente. Tener contacto con él... ¿La Guía? De maravilla. Si te dan una Estrella, tiene que ser la leche, ¿por qué no? Pero hay que gestionar los egos. Y no se trabaja para ello", responde Izquierdo.
Una sumiller top
Está entre las 10 mejores de España, aunque está todo lo alejada posible del ego. Eleanora Ivanova es la sumiller del 51, y su tarea es imprescindible. "Yo me considero una persona que intenta especializarse en los productos gastronómicos como de bebida, un mundo muy amplio que te puedes encontrar en un restaurante, porque algunos solo se dedican al vino, pero yo soy sumiller de sala y aunque me gusta saber de vino, también quiero saber lo que se cocina y su por qué", explica, dando gracias a la gran familia -sus compañeros- que le han permitido formarse, porque al igual que la cocina, "nunca terminas de aprender, y este es un mundo inabarcable, pero intentas en tu ámbito conocer lo mejor posible lo que trabajas".
"Son como mis hermanos"
'Carre' es el jefe de sala. Hace una semana le entraron en diferentes mesas -y sin haberlo pactado previamente -coreanos, ingleses, rumanos, franceses, e italianos. Parece difícil atender tantas culturas e idiomas, pero "el idioma de la cocina es universal". Y el fin con todo el que entre por la puerta es el mismo, "hacerles sentir en casa, que se sientan a gusto, y es lo que intentamos y creo conseguimos, porque repiten". Ya en la cocina -con claro olor a cocido porque es jueves- 'pillamos' ya cocinando a David Núñez, o Harlyn. También está por allí Bego, que lleva cuatro años en El 51, y reconoce "somos como hermanos, nos contamos todo, más cosas casi que con la familia", o Lore, que es la primera cara que se ve al entrar, y que habla sobre la variada clientela que reciben y la relevancia de las reseñas, en las que nunca se intenta influir.
Cuando volvemos a sentarnos en la mesa, antes de marcharnos, Izquierdo reconoce con sencillez que su trabajo 'solo' es "hacer feliz a la gente, y ser feliz trabajando'. Mientras, Ivanova pone la guinda, o el postre de esta visita, señalando que "lo que nos puede hacer diferentes es la cercanía, el estar en casa", porque "si te reciben con alegría, te vas alegre". Y es verdad. Cuando sales del 51, sientes el calor del Sol. Y ahí lo entiendes todo.
El reportaje puede reproducirse al completo en el audio superior.
Jorge Alvarado
Periodista. Responsable Digital de la SER en Aranda. Presentador de Hoy por Hoy Peñafiel y El Banquillo...