Sampil: el relevo generacional de una firma de Aranda de Duero que lleva su nombre por todo el mundo

Aranda de Duero

Cuando uno cruza la puerta de Sampil se siente en un negocio de toda la vida, porque es lo que es. Un negocio tradicional que sigue manteniendo su esencia, aunque en realidad, en el fondo ha evolucionado y no poco. Antonio llegó hace décadas de Ourense, tierra de afiladores, para invertir y crear un espacio de cuchillería, afilado y cerrajería, decidiendo instalarse -de forma acertada- en Aranda de Duero. Pero ahora que se ha jubilado, ha optado por lo mejor: dejar que su hijo y nuera lleven el negocio. Paco y Estela dirigen la familia Sampil, que ha crecido en número, pero también en actividad.

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"Originalmente Sampil es lo que se ve; la tiendecita de cuchillos, llaves, y afilados. En un principio estaba enfocado a cerrajería, trabajo agrícola y ganadero, pero ahora ha evolucionado también en una distribuidora de peluquería a nivel internacional", explica Paco, que 'acusa' a su mujer del buen funcionamiento de la empresa. "Que yo me esté pudiendo dedicar a lo que me apasiona es gracias a ella", dice. Mientras, Estela explica la expansión de un negocio que sigue en auge. "Yo me encargo de la tienda y cerrajería, dejándole la distribución nacional e internacional de tijeras a mi marido. La tienda sigue igual que con mis suegros, y vamos ampliando servicios. Seguimos con copias de llaves, mandos a distancia, cuchillería y afilado, y el tema de cerrajería con servicio 24 horas, servicio de persianista, y ampliando servicios", dice, entre que su compañero de trabajo y vida sonríe, porque "es curioso, pero al jubilarse mi padre muchos pensaban que había desaparecido Sampil y no es así; me hace gracia que tengamos que volver a resituarnos cuando somos sobradamente conocidos". Estela en todo caso prosigue explicando que "no tenemos techo" y que "nosotros al final intentamos llegar a lo que nos pide el cliente, que es nuestro jefe".

El gurú de las tijeras de peluquería

Paco se autodenomina como un "cabezón" al que desde pequeño le llamó la atención afilar tijeras. Vio que había nicho de mercado, pero a su padre no le gustaba que se dedicara a ello. Por eso, a escondidas, se pasaba noches aprendiendo a hacerlo. Así empezó un vínculo de 30 años que le ha convertido en todo un referente de las tijeras, llevando grandes marcas en exclusiva para España y otros países, pero también siendo creador propio de estos instrumentos, diseñando tijeras en función de las necesidades de cada peluquero. Sirve a los mejores profesionales, como por ejemplo, en quienes confían sus cabellos los jugadores de Madrid, Barcelona, o Betis. "Paco poco a poco, como una hormiguita, se ha ido labrando un futuro y posicionándose en un sector muy complicado. Gracias a su buen hacer y lo bueno que es, es un gurú de las tijeras, un referente a nivel nacional e internacional en el que todo el mundo confía", explica Estela.

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"No había aprendido a afilar y mucha gente decía que no había gente entendida en tijeras de peluquería. Yo me empeciné en ello, aunque aún no sabía ni afilar. Por las noches empecé a diseñar un proyecto. Llevo 10-12 años trabajando a un nivel muy alto, y trabajo muy bien a distancia. La venta de tijeras está mal enfocada. La gente compra una tijera pero no sabe por qué. Y hay muchos matices importantes que influyen en que esa tijera sea efectiva o no; la forma de trabajar del peluquero, la educación postular que tenga, las costumbres...", especifica.

La espina clavada

Y va a ser verdad eso de que uno no es profeta en su tierra. Porque Paco ha apostado por traer formaciones a su nuevo showroom, que es claramente visible desde el Ayuntamiento de Aranda merced a un currado mural de Nano Lázaro en el que, por cierto, se ven las tijeras que Paco diseñó con el nombre de su hijo, Hugo. Pero los alumnos vienen de Madrid, Barcelona, Andalucía, o incluso las islas, y no de Aranda. "Estoy muy agradecido a esta tierra, porque pese a nacer en Galicia llevo desde los ocho años aquí. Tenía el capricho de poder ofrecer la mejor formación. Llevamos un calendario de varias formaciones, pero viene muy poca gente de Aranda. Y por si hubiera desconocimiento, queremos contar que la gente se puede formar aquí, sin tener que viajar", dice, lamentando también el poco eco y seguimiento que las academias o lugares de formación en peluquería de la capital ribereña tienen hacia Sampil, que sin embargo viaja haciendo formaciones por toda España.

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"Aquí vienen los peluqueros, hacemos un estudio de su forma de trabajar, les traemos modelos o cabezas, y hacen pruebas mientras les buscamos la tijera más óptima según su forma de trabajar", detalla, entre que reconoce un reto por hacer realidad. "Tengo la inmensa suerte de que la empresa funcione en cuchillería, cerrajería y tijeras, pero siento que tengo la oportunidad de cambiar la visión de este utillaje tan especial: conseguir que se deje de tratar de una forma tan frívola como se hace y que se vea como lo que es, una herramienta indispensable para crear ese estilismo y hacerlo de forma responsable. Estoy empeñado a través de la formación en cambiar esta percepción que la gente tiene sobre las tijeras. El objetivo es que la gente entienda el estilismo y la tijera de una forma muy diferente a como se entiende hoy en día. La tijera es una herramienta que si las cosas se hacen bien dura muchos años, y quiero transmitir mis conocimientos para que los peluqueros lo puedan valorar", sentencia.

Sampil sigue moviéndose a través del motor de la ilusión y el trabajo. Es algo que, por mucho que pasen las generaciones, nunca cambiará. Pero esta vez, además, colocará a Aranda en el mapa de la peluquería española e internacional.

El reportaje puede reproducirse en el audio superior.