"Aranda de Duero se expone a una despoblación real": las consecuencias de dejar pasar el último tren

El próximo martes a las 20 horas hay una convocatoria en la Plaza Mayor para luchar por infraestructuras que atraviesan y pueden potenciar Aranda, como el Tren Directo, y que en caso de no desarrollarse e incluirse -en el Corredor Atlántico en este caso-, pueden complicar y enrevesar el futuro de la ciudad. «Aranda sin el tren, ni corredor, ni inclusión, puede seguir ejemplos como la Madrid-Cuenca-Valencia, que con 80.000 afectados se ha quedado fuera. Eso se traduce en despoblación, y la amenaza aquí es real. La gente va a pasar de estar en Aranda. Si no nos anticipamos, no hay futuro, y no lo habrá», explican Jorge Núñez y Eduardo Górriz, miembros incansables de la plataforma arandina por el tren. «Cuando trabajas para el pueblo tienes que hacerle consciente del problema», dicen, en referencia a la voluntad política que siempre ha existido alrededor del tren. «Nosotros siempre hemos visto oportunidades donde otros no las veían. Ya en 2016 pedíamos la inclusión de la línea en el Corredor Atlántico, y desde entonces solo ha habido zancadillas de ADIF. Ahora lo piden otros también por interés y porque nos necesitan, pero nosotros también los necesitamos. Lo necesitamos porque Burgos tiene el único puerto seco rentable y de la comunidad. Burgos es pieza clave en el corredor, y quien más cerca está de la Y vasca y quien más futuro nos puede dar», desgranan, cuando se pregunta también sobre los intereses «cruzados» de Aranda y Burgos. Ambos denuncian que la parte política «ha estado callada», y «no conocía la realidad», como que «esto es una oportunidad de transformación para Aranda», pero no es una más, sino la última. «No sabemos qué intereses hay por debajo, pero esta línea no tiene sentido si no va a Madrid. Que un tren de Algeciras tenga que ir a Burgos por Valladolid no tiene sentido. Es más limpio, más barato... La estación no está ya catalogada y la línea no vale para transporte de pasajeros. Si dejamos pasar el momento se encargará ADIF, que nos ha abandonado. La otras opción es unirnos como proyecto de corredor, como provincia, y que haya un alineamiento entre las ciudades importantes para que se trate esto como un problema grave en las infraestructuras. Ya se han alineado unas 250 asociaciones de la provincia, que quieren formar parte de esta oportunidad», añaden Núñez y Górriz. Si bien los intereses entre Burgos y Aranda no son comunes, ambas ciudades se necesitan. «Tienen diferentes significados. Ellos entienden que pueden prosperan con una comunicación con Madrid y con un centro logístico para Burgos. Ahora tienen lo que han pedido porque se han movilizado. Y nosotros, como nadie se ha molestado, solo estamos con árboles o murciélagos en la vía, y solo hay estudios para calentar y nada más. Solo promesas», explican. Saliendo a la calle y cuestionando a la ciudadanía, muchos conocen la convocatoria y aseveran su asistencia, otros no la conocen, o por agenda no creen puedan acudir. Sea como fuere, se ve más enterada y participativa a la sociedad más adulta, que a la juventud. Y es que para la Plataforma del Tren, los jóvenes arandinos desconocen lo que es tener tren, de ahí que no vean su relevancia. «Ya no hay memoria; los jóvenes no han conocido el tren. Y los mayores saben sin embargo lo que ha sido tenerlo, y lo que no. Los esfuerzos que han hecho como sociedad para tener tren, carretera, empresas... La juventud de Aranda lleva media vida sin tren. Ese es un gran problema. No es que no hayan tenido la necesidad, es que nunca han tenido el problema, y por eso no la conocen», expresan. Por tanto, de cara a la administración, piden «respeto y futuro». «Respeto porque mientras se abren líneas de hace 37 años la nuestra no tiene trascendencia. Porque en Burgos en los últimos meses se han instalado 8 empresas. Cuando una grande viene, se crean otras. Y futuro, porque queremos tenerlo. Porque el tren va a pasar por última vez como no haya una respuesta de la ciudadanía», sentencian.