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Los riesgos y problemas a los que se enfrentan los alcaldes de la Ribera del Duero

La SER inicia este verano un nuevo espacio en el que se ponen en liza los problemas del medio rural y en el que los primeros ediles comparten su día a día con los oyentes

Los riesgos y problemas a los que se enfrentan los alcaldes de la Ribera del Duero

Aranda de Duero

Con la llegada del mes de agosto, la SER ha dado descanso a sus tertulianos para centrarse cada lunes en la Ribera, y más concretamente en sus pueblos, que en este verano reciben la visita de decenas de hijos exiliados, y de jóvenes que pasan sus vacaciones en ellos, junto a sus propios padres o abuelos. Pueblos que ponen a prueba sus servicios y que están comandados por unos alcaldes capaces de hacer todo a cambio de nada. Este espacio nace con la intención de visibilizar una tarea no siempre valorada (y nunca recompensada), que se ha estrenado este lunes junto a Ignacio Arranz, el primer edil de La Cueva de Roa, y Lidia Arribas, su homóloga de Caleruega.

"Cada vez cuesta más hacer candidaturas. En mi pueblo no hay mucha inquietud por el relevo; veo poca motivación. La verdad es que el trabajo es bastante e intenso. Casi todos los días prácticamente hay algo que hacer en el Ayuntamiento", explica Ignacio, con ocho mandatos a sus espaldas. Una situación que por fortuna no tiene lugar en Caleruega, donde repite Arribas al frente del consistorio. "En elecciones tenemos tres candidaturas presentadas; hay gente con inquietud y ganas de relevo. Y dentro del equipo yo también confío que hay gente que una vez yo me retire, quieran seguir la línea", expresa.

Lo más complicado

En el día a día los alcaldes se encuentran problemas, muchos difíciles de solventar, pero siempre se sacan adelante. "Poder con todo es una satisfacción y una alegría. Muchos no te lo agradecen directamente pero sí te votan en las urnas, osea que creo que la gente sí es agradecida", indica el edil de La Cueva. "Hay gente que piensa solo en él y como corporación tienes que pensar en colectivo. Pero también puedes atender y resolver problemas concretos. No sé si supone conflicto más allá. Alguna mala contestación o situación complicada tienes, pero no son tantas si he decidido continuar. Es verdad que hay quien no es agradecido y se hace notar más que los que lo están y no lo dicen, pero en los años que llevo sí noto a parte de agradecimiento, el cariño y el poner en valor el trabajo que hacemos", explica por su parte la alcaldesa de Caleruega.

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¿Retribuciones sí o no?

Es una cuestión que se ha planteado y puesto en liza en muchas ocasiones pero que nunca se aborda, porque ni siquiera hay marcado quién debe dar el paso. "La gente a lo mejor piensa que si estás ahí es por algo, pero los alcaldes de los pueblos pequeños ponemos dinero por serlo. Un alcalde además de alcalde, tiene que ser alguacil, fontanero, y estar dispuesto a hacer todo problema que surja. También tiene sus cosas buenas porque cuando acabas los proyectos tienes una satisfacción grande. Yo pienso que la administración es la que debe poner normas y remunerar algo a los alcaldes, porque yo no entiendo cómo un juez de paz en el pueblo cobra algo de dinero y no los alcaldes", indica Arranz.

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"Podemos hacerlo desde el propio consistorio, pero es controvertido. Está regulado por ley pero no establecido un criterio como decía Ignacio con los jueces de paz, que tienen una tarea mucho menor. En pueblos como Caleruega tenemos cierta remuneración, que no sueldo, por asistencia a plenos o conceptos de dietas o demás. Pero no se paga nada de lo que hacemos. Evidentemente en tu tiempo tienes que ser alguacil, secretario, si alguien viene de fuera y necesita algo tienes que ayudar... Y luego es que nadie te cubre cuando puedes tener un percance. No tienes protección ni nada o nadie que te ampare", defiende Arribas, sacando a la luz una interesante reflexión que debería tener respuesta, fundamentalmente, por parte de la Diputación.

Despoblación

Respecto a este problema imparable, coinciden ambos alcaldes en que "las administraciones deberían poner más empeño". En el caso de La Cueva "hacemos lo que podemos". "Nosotros vamos a poner cinco parcelas a disposición de los ciudadanos para que el que quiera o pueda hacerse una vivienda lo haga, y con un precio reducido para que no sea un obstáculo. Lo importante es que se empadronen y que hagan vida en el pueblo. Es el requisito que ponemos", indica Ignacio.

"Poder solucionarlo no es algo rápido; me da una sensación de que es a largo plazo. Muchas veces nos quejamos de los servicios, y a veces los tenemos y no los usamos, y no hablo de educación o sanidad. Las telecomunicaciones en la mayoría de los pueblos es algo bastante resuelto, pero hay otros servicios que los tenemos pero no usamos. Hay que arriesgarse a emprender en un medio rural yo creo", sentencia Arribas, en una charla que puede reproducirse en el audio superior.