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Autorizan la eutanasia al pistolero de Tarragona, el exvigilante de seguridad que abrió fuego contra sus compañeros

El exvigilante de Securitas que abrió fuego contra sus compañeros en Tarragona inicia los trámites para recibir la muerte asistida

El autor del tiroteo de Tarragona / Andrea Villoria

Barcelona

Marin Eugen Sabau, de 46 años, sigue en el Hospital penitenciario de Terrassa, con una lesión medular. El equipo de élite de los Mossos le neutralizó, disparándole en brazos y piernas, hace medio año cuando se atrincheró armado hasta los dientes, tras abrir fuego contra sus excompañeros en la oficina de Securitas en Tarragona. Ahora, Sabau ha pedido recibir la eutanasia y su médico, tras exponer el caso con el equipo del Consorcio Sanitario de Terrassa, ha aceptado iniciar el procedimiento, según la documentación a la que ha accedido SER CATALUÑA.

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Según el documento enviado al juzgado de Instrucción 5 de Tarragona que le investiga por media decena de intentos de homicidio, tenencia de armas y atentado, Sabau presenta "una lesión medular incompleta" que, "desde hace seis meses le genera importante dependencia y dolor neuropático". Tras ser detenido, los médicos tuvieron que amputarle una pierna. Ahora, "tras haber comenzado las medidas pertinentes a nivel médico para mejorar la sintomatología, reitera su idea de continuar la tramitación de la eutanasia, con expreso desea a que se le facilite la posibilidad de morir de manera asistida".

El equipo de la médico que le atiende, tras exponer el caso en sesión clínica y "consensuado pertinentemente con los equipos y departamentos involucrados", ha aceptado que el acusado inicie el procedimiento para recibir la eutanasia, con el debate jurídico que ello suscita. Consultados por esta redacción, algunas de las acusaciones, que representan a las víctimas de Sabau, aseguran que presentarán escritos para que el proceso de muerte digna se paralice, en aras a la tutela judicial efectiva de las víctimas.

Abrió fuego contra sus excompañeros tras ser despedido

El 14 de diciembre de 2021, Sabau, vecino de Alcover, entró en la sede de Securitas en Tarragona, donde había sido despedido hacía poco. Vestido de negro, armado con varias armas, y disfrazado con una gorra y una peluca, abrió fuego contra sus excompañeros. Descerrajó varios tiros contra el gerente, que quedó en estado crítico. Después contra otro trabajador que intento frenarle y finalmente disparó también a la jefa de servicio. Tras dejar-les gravemente heridos, se fue.

Huyó en un Citroën Xsara gris y mandó un correo electrónico amenazador. En la huida, disparó también a un agente de los Mossos que le identificó en un control, en una rotonda, hiriendo también a su compañero. Tras disparar contra los Mossos, Sabau se metió en el coche y condujo hasta una masía abandonada en Riudoms, a pocos kilómetros. Un vecino le advirtió y avisó a los Mossos. El Grupo Especial de Intervención (GEI), el cuerpo de élite de los Mossos montó un dispositivo para detenerle.

La vía de la negociación fracasó. Sabau no cogía el teléfono y no titubeaba en disparar contra los policías. Lo hacía desde un cobertizo, armado con varias armas largas y cortas, con casco y chaleco antibalas. Los Mossos le neutralizaron cuando un grupo del GEI se acercó al cobertizo, aprovechando que un francotirador distraía al pistolero con disparos disuasorios desde una torre cercana de 150 metros de altura. Cuando los efectivos avanzaban hacia Eugen, éste disparó sin pensárselo. Acabó cayendo por los disparos de respuesta de los agentes.