67.000 personas en lista de espera en Cataluña para presentarse al examen práctico de conducir
El presidente de la Federación de Autoescuelas de Cataluña apunta que faltan profesores y examinadores que hayan opuesto
Barcelona
En Cataluña hay hasta 67.000 personas en lista de espera para presentarse en el examen práctico de conducir. Es un problema endémico: No hay suficientes examinadores para absorber la alta demanda. Pero la pandemia agravó la situación y las autoescuelas catalanas no dan abasto con la situación actual.
Durante el confinamiento, muchas personas decidieron estudiar el examen teórico de conducir. Como consecuencia, cuando se empezaron a realizar pruebas hubo un alud de alumnos preparados para realizar el examen práctico. Desde entonces, las autoescuelas han tratado de ponerse al día, pero las listas de espera siguen llenas.
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Actualmente, existe una falta grave de examinadores y profesores de autoescuela. La Dirección General de Tráfico (DGT) ofreció a unos examinadores interinos, provisionales, pero para la Asociación de Autoescuelas Catalanas no es suficiente. Cataluña es la segunda comunidad autónoma con más alumnos, solo superada por Andalucía, según el recuento de la DGT.
Cinco meses de espera
En algunas autoescuelas de Barcelona los alumnos deben esperar unos cinco meses antes de empezar las clases prácticas. En la provincia de Barcelona es donde existe más lista de espera: 47.000 alumnos, es decir, el 70% de los 67.000 totales. Pero en las autoescuelas de Girona, Tarragona y Lleida hay más problemas de personal porque son demarcaciones menos pobladas. "La situación es muy delicada en estas zonas" explica Joan Sala, el presidente de la Federación de Autoescuelas de Cataluña.
Sala matiza que parte del problema se debe a la falta de oposiciones, no se celebran y aquí la gente tampoco se presenta. Además, dependen de entidades estatales que no aportan soluciones a largo plazo: "El personal interino es de fuera de Cataluña y, cuando pueden, vuelven a casa". Recuerda que, además, ha habido muchas huelgas por parte del profesorado y que también hay muchas bajas laborales. Sala apuesta, en parte, por la externalización del servicio.