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Las provincias de Barcelona y Girona declaran el martes alerta por sequía

515 municipios y 6,7 millones de personas estarán dentro de esta alerta, que tiene restricciones que no afectan al agua de boca, y que excluye a 11 pueblos que se abastecen con el acuífero del Ter

Los embalses catalanes siguen muy secos a la espera de las próximas lluvias / Ramon Gabriel (EFE)

Barcelona

La Agència Catalana del Aigua ya admitía hace semanas que era cuestión de tiempo, y finalmente ha llegado el momento: esta semana se decretará la alerta por sequía en Barcelona y el Área Metropolitana. Las reservas en los embalses son cada vez más escasas, ahora mismo están al 33%, y las restricciones que ya existen en 300 municipios catalanes (algunos tienen limitaciones en el uso del agua desde julio) llegan también a la capital catalana.

La decisión de decretar la alerta se ha tomado porque en las cuencas hidrográficas del Ter-Llobregat y Darnius-Boadellam, que abastecen a casi todas las comarcas de Barcelona y Girona, las reservas han bajado de los 210 hectómetros (ahora están en 208). De hecho, solo 11 municipios gerundenses se salvarán de entrar en esta alerta, son aquellos que se abastecen con agua del acuífero del Ter: Palau Sator, Parlavà, Rupià, Sant Jordi Desvalls, Serra de Garó, Torroella de Montgrí, Vall-Llòbrega, Verges, Ullà, Ullastret y Ultramort.

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Es importante recordar que el agua de boca, la que sale del grifo de casa, no estará limitada. Las restricciones a este nivel de alerta por sequía son para usos agrícolas (25%), ganaderos (10%) e industriales (15%), también recreativos (30%). Hablamos de piscinas, fuentes ornamentales o campos de golf, donde también habrá limitaciones. En definitiva, se limita el uso de agua a un máximo de 250 litros por habitante y día, muy por debajo del consumo medio en Cataluña.

En este contexto, las desalinizadoras siguen operando al máximo de su capacidad para intentar que las reservas en los embalses no caigan en picado. Actualmente, Sau está en el 18% de su capacidad, la Baells en el 29% y Siurana, el peor de todos, con tan solo el 8%.

En septiembre, octubre y noviembre, que suelen ser los más abundantes en lluvias, no están produciendo las precipitaciones necesarias para revertir esta situación. Fuentes de la Agència Catalana de l'Aigua admiten que no es buena señal de que haya habido poca lluvia estos meses, pero confían en que en algún momento lleguen los chubascos a los cabezales de los ríos para que las reservas aumenten.

A vueltas con la sequía y la escasez de agua (18/11/2022)

Oriol Soler Pablo

Redactor de informativos en Ràdio Barcelona,...