Los médicos del futuro, tras el MIR: "Nos da vértigo empezar a trabajar"

Barcelona

Dos años de bachillerato, seis de carrera y uno de preparación del MIR. Casi 10 años entre apuntes y libros. Por delante, cuatro o cinco años de residencia en hospitales y Centros de Atención Primaria. Es la realidad a la que se enfrontan los MIR, los médicos internos residentes, desde el momento en que eligen estudiar medicina. Lo saben y son conscientes, pero no por ello abandonan. "No he pensado nunca en dejarlo. He querido ser médico desde que era niño", explica David Carrillo, el número 1 del MIR en Cataluña.

Carrillo ha escogido especializarse en dermatología en el Hospital Vall d'Hebron de Barcelona. Se trata de la disciplina más escogida, en parte, por las buenas condiciones de vida que ofrece: "No voy a negarlo". Al otro lado de la balanza: los MIR de Medicina Familiar y Comunitaria, la última especialidad que se ha llenado. Este año, de hecho, es noticia que se hayan acabado todas las plazas. Es la primera vez que ocurre en cuatro años. "Vi como mi tutora trataba a los pacientes y me decidí", explica Núria Ballester. Es la MIR número 6.421. "Es una especialidad que me parece súper 'sexy'", defiende entre risas.

Los dos cuentan como de duro ha sido para ellos prepararse el examen. "Es un camino muy largo, pero vale la pena", asegura David. Por su lado, Núria reivindica las historias "detrás de cada número": "Hay situaciones vitales, familiares y económicas complejas. Quizás nos estamos perdiendo grandes médicos. No somos números, somos personas".

Tanto David como Núria piden a quién ayuda a los practicantes en su formación, que acompañen a las nuevas generaciones. "Es muy importante sentir apoyo cuando estás en el hospital" afirma Núria. David coincide: "Sentirte valorado durante las prácticas es vital".

A diez días de incorporarse al hospital y al Centro de Atención Primaria que han escogido, sienten vértigo. "No sé como aguantaremos 24 horas de guardia sin dormir", reflexionan. Aun así, son optimistas: "Todos lo hacen. Supongo que lo conseguiremos".

"Los MIR tienen que ver que hay futuro profesional"

Desde la Junta de la Sociedad Catalana de Medicina Familiar, apuntan a dos motivos que explican el hecho de haber cubierto todas las plazas: la eliminación de la nota de corte y la elección presencial de especialidad. El Ministerio de Sanidad ha suprimido este año la nota mínima para acceder a la especialidad deseada: "Era una reivindicación de muchas comunidades autónomas. Había muchos graduados que se quedaban fuera sin poder elegir plaza", explica el vocal Jordi Mestres.

En relación con Medicina Familiar y Comunitaria, Mestres ha señalado que el problema no es llenar las plazas, sino que, al cabo de cuatro años, los profesionales quieran quedarse en el lugar donde han hecho la residencia. "Tienen que ver que hay futuro profesional". El gran reto, según Mestres, es mejorar la relación entre hospitales y Centros de Atención Primaria. "Es el desafío más importante en estos momentos: mejorar la coordinación entre niveles asistenciales", afirma.

El vocal de la Junta de la Sociedad Catalana de Medicina Familiar reconoce que, además, deben mejorarse las condiciones laborales y repensar las guardias. Según él, es una forma de retener talento.