Sergi López: "No estoy en el mejor momento de mi carrera porque llevo años pensando que tengo una flor en el culo"

No cree que sea el hombre del momento: "Es una moda tranquila, pasa rápido, en dos días ya está", afirma divertido el actor Sergi López (Vilanova i la Geltrú, 1965). Lo dice porque acaba de volver de Cannes, donde ha triunfado junto a todo el equipo de Sirat, de Oliver Laxe, que se ha llevado el Premio del Jurado. Y acaba de reestrenar su monólogo Non solum en el teatro Poliorama de Barcelona. "No estoy en mi mejor momento porque mi carrera tiene mucho que ver con mi vida, y mi vida no depende de estas cosas tan superficiales". Sí reconoce que está atravesando un momento de éxito profesional, por Sirat y por Non solum, "pero no me atrevo a valorar mis cosas en función de eso". Y añade que desde hace años cree que tiene "una flor en el culo".

Non solum es una obra que hace años duraba aproximadamente dos horas; ahora el público ve una versión de algo más de una hora. La han recortado, dice, porque el espectáculo tenía una parte de gag que López hacía tiempo que sentía que podía funcionar por sí sola, sin el resto del monólogo. "Hacía tiempo que me rondaba por la cabeza", y fue a raíz del Tingladu de Vilanova, donde le propusieron retomar el proyecto, que el actor revisó el texto y decidió cambiar el contenido precisamente para adaptarlo a lo que creía que podía sostenerse por sí solo. Ha acabado acertando: "el espectáculo está mejor, de hecho", reflexiona.

A modo de anécdota, durante una de las últimas funciones sonó un teléfono móvil en medio del monólogo. Desgraciadamente, no era la primera vez. "Depende de en qué momento suene, puedes hacer cosas diferentes"; por ejemplo, en uno de los casos, simuló que tenía una metralleta en la mano (como si quisiera cargarse el móvil que había sonado). En cambio, si suena en un momento más dramático, quizá no puede reaccionar.

Con lo que asegura estar "alucinado" es con la película Sirat, de Oliver Laxe. Tuvo clarísimo desde el minuto uno que quería sumarse al proyecto. Explica que en las proyecciones a las que ha asistido, las salas siempre estaban llenas. "Yo vi la película por primera vez con mi portátil, en casa", y reconoce que no le gustó: "me parece obsceno verte en primer plano". Pero cuando la vio en Cannes, en la proyección del festival, quedó completamente abducido por lo que estaba ocurriendo. "Pasa algo con esta película", reflexiona.

En esta conversación también ha compartido algunas curiosidades del rodaje, como por ejemplo que las primeras montañas que aparecen en la película, con los altavoces en primer plano, en realidad son Teruel, no Marruecos. En Marruecos rodaron prácticamente toda la película; fue "duro", explica, pero una experiencia única.

Sobre rodar también con actores no profesionales —los personajes de raveros lo son de verdad—, le permitió, dice, desmontar algunos estigmas que aún perduran hoy en día. "Yo tenía algunos, sí", reconoce. Entender su estilo de vida también es algo que se lleva después de haber trabajado con este equipo.

Sergi López acaba de terminar el rodaje de una serie, Ravalejar, con Pol López e Isaki Lacuesta. Es la historia de un restaurante de toda la vida en la calle de la Cera, que tuvo que cerrar porque un fondo buitre acabó expulsándolos.