Aranceles: el fin y el medio de Donald Trump

Barcelona

El 2 de abril fue bautizado por Donald Trump como el día de la liberación. El día en que se hicieron públicos por primera vez los números de una política arancelaria que no ha entrado en vigor hasta hoy, 7 de agosto. Han sido 127 días de tira y afloja, de negociaciones individualizadas con cada estado para fijar barreras de entrada personalizadas a los productos de cada uno de ellos. Y, sin embargo, hoy todavía no podemos sacar nada en claro. Desde Europa solo conocemos el tipo general del 15 %, nada más. Y, claro, sin saber si finalmente habrá productos con tarifas más elevadas o si otros quedarán excluidos, empresarios y economistas no se atreven a dar ningún paso, un paso que podría ser en falso.

Muestra de esta incertidumbre es que el mismo día en que entran en vigor, Europa todavía sufre por si finalmente los aranceles acaban siendo del 35 %. Y es que con Donald Trump nunca se sabe. Todo depende de cómo se haya levantado ese día. El líder estadounidense es consciente de esto y lo utiliza como arma de doble filo, para doblegar a todos sus adversarios, tanto en el ámbito político como a escala económica.

En una entrevista en el Aquí Catalunya, el profesor de economía y finanzas de la escuela de negocios IESE, Xavier Vives, ha señalado que los aranceles son a la vez "el fin y el medio" de Donald Trump. Según su experiencia, una política de barreras dura favorece a las grandes economías, como Estados Unidos. Por eso cree que, a corto plazo, "se habrán beneficiado", ya que "su poder de monopolio" habrá incrementado en detrimento de los "países más pequeños" que rodean Norteamérica, como México o Canadá.

Por lo tanto, ganancias económicas por un lado. Por otro, beneficios políticos. Trump utiliza los aranceles como herramienta de chantaje, como el niño que amenazaba con acusar a la profesora para conseguir lo que quería. Un ejemplo es el acuerdo arancelario negociado con India, que finalmente será del 50 %. Al magnate no le gustaba que el país hindú comprara petróleo a Rusia. ¿Qué ha hecho Trump? Elevar las barreras a sus productos como contramedida al negocio.

Vives ha lamentado "el error" cometido por la comunidad internacional. Ha reconocido que hubiera sido difícil, pero que si todos los países hubieran construido un frente común contra la política arancelaria, "otro gallo cantaría" a estas alturas. Ha añadido que la gran debilidad de Europa ha sido "su falta de autonomía defensiva". "La tecnología militar de EE. UU. es vital para aguantar el frente ucraniano", de manera que "la negociación arancelaria estaba perdida desde antes de empezar".

En cambio, el profesor ha elogiado las negociaciones llevadas a cabo por China, aunque ha recordado que "las cartas con las que jugaba eran mejores". Precisamente sobre el gigante asiático ha hablado en los micrófonos del Aquí Catalunya Joan Tristany, director general de la asociación de empresas industriales exportadoras. Considera que el pacto entre China y EE. UU. es el que supondrá realmente el elemento esencial. Una vez se conozca con profundidad, "se podrá definir el nuevo tablero de juego" de la economía internacional.

Tristany ha insistido en la "incertidumbre" que generan estos aranceles. Desde su punto de vista, "no se sabe cómo se acabará materializando todo esto". Pero en un tono más despreocupado, ha querido destacar un dato llamativo: el aumento de las exportaciones de Europa hacia Norteamérica durante los primeros cinco meses del año. El pacto arancelario dice que todos los productos que hubieran salido del puerto hasta la fecha de ayer evitaban la barrera impositiva. Esto lo aprovecharon las empresas establecidas en EE. UU., que incrementaron sus compras a países europeos de manera considerable antes de que entraran en vigor los aranceles.