Una exmoderadora de Meta: “Nos vendieron que seríamos héroes”

Barcelona

Acababa de llegar a Barcelona y 24.000 euros anuales eran perfectos para poder pagar las facturas y volver una vez al año a su casa. Ileana, mexicana, se sentía "afortunada" de poder trabajar para Facebook: "Sentías que estabas en Silicon Valley". No fue hasta que entraron que les dijeron que moderarían contenidos. Entonces, les prometieron que serían los protectores de las redes sociales, que serían quienes eliminarían los contenidos para que los demás pudieran interactuar de manera sana.

"Nos vendieron que seríamos héroes sin capa" y que de manera anónima trabajarían para que "el resto del mundo pudiera ser feliz", explica la entrevistada. Pero la pesadilla llegó, y cientos de ellos terminaron con daños psicológicos, ansiedad, depresión e, incluso, estrés postraumático.

Ileana es una de los cientos de moderadores de contenido que han demandado a Meta, Facebook España y a la empresa subcontratada por la multinacional americana que operaba en Barcelona. Meta cerró en abril la sede en la ciudad catalana y ahora son 500 los exempleados que han optado por demandar por la vía laboral a la empresa, a la que reclaman 100.000 euros de indemnización para cada trabajador por las consecuencias psicológicas que han tenido, tras pasar horas viendo vídeos violentos que incumplen las políticas de la plataforma, como asesinatos, mutilaciones, violaciones o suicidios.

Mandalas y sudokus

La formación de un moderador de contenido comenzaba con un entrenamiento que iba "a contrarreloj". Ileana explica que les advirtieron de que verían imágenes violentas, pero "inocentemente" pensó que lo podría soportar. Sin embargo, los trabajadores no saben "lo que te espera hasta que te encuentras con contenidos reales", lamenta Ileana. Contenidos que tenían que ver durante un rato para poder valorar concretamente qué política incumplían.

Ella recuerda perfectamente su primer día y cómo todo fue evolucionando, cada trabajador desarrollando estrategias para poder soportar aquellas imágenes imposibles de borrar: desde personas que se imaginaban que era una película, hasta otros que se lo tomaban riendo. Pero era real, e Ileana no pudo olvidarlo.

Durante los 5 años, 7 meses y 22 días que trabajó en Meta tuvo dos periodos de baja, de casi un año y medio en total. Sufría migraña, vómitos, ansiedad, pesadillas y acabó desarrollando agorafobia, miedo a salir a la calle: "No hacía nada que no fuera trabajar".

La empresa, sin embargo, no se preocupó de todos estos problemas. Si bien es verdad que había un departamento de wellness con psicólogos, desde el primer momento ya les avisaron de que aquello "no era terapia". Y, aunque "había gente muy preparada, no estaban especializados en este tipo de procesos". Lo que recomendaban, en cambio, eran "respiraciones, mandalas y sudokus" para poder alejarse de lo que habían visto.

Ahora, Ileana ha dejado el trabajo y se ha centrado en recuperarse psicológicamente. Está haciendo tres terapias, una de ellas utilizada por los veteranos de la guerra de Vietnam, para "resignificar el trauma". Aun así, todavía tiene problemas para dormir, con pesadillas constantes y siendo consciente de que tendrá que vivir con esto el resto de su vida.

Una demanda de millones de euros

Jordi Vilella, abogado de BASTET abogados, que representa a los exmoderadores de Meta en esta demanda colectiva, ha explicado que, aunque han tenido muchos casos de empresas que incumplen la normativa de riesgos laborales, esta es la "primera demanda con esta magnitud". Según Vilella, lo que ha hecho Meta y su subcontrata ha sido "de una dejadez absoluta" en lo que respecta a las obligaciones de la empresa que recoge la ley, que debe garantizar la salud física y psicológica de los trabajadores, y eso "no lo ha hecho en absoluto".

Vilella ha admitido que son conscientes de que será una batalla difícil, ya que al otro lado está un gran competidor, pero también ha asegurado que no le tienen miedo: "La ley es muy clara y los daños son los que son". Además, hay un gran precedente en California en el que 11.000 trabajadores se beneficiaron de una demanda individual y este caso, según el abogado, "repite el mismo patrón". Ahora habrá que esperar la fecha del juicio, que esperan que sea pronto.