Los violadores de la 'Manada de Castelldefels', condenados a penas mínimas de 3 a 8 años de cárcel
Los acusados admiten que formaron un grupo criminal para agredir sexualmente a chicas vulnerables y consiguen una rebaja que puede sacarles de prisión

La condena a los violadores de La Manada de Castelldefels, en Hora 25
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Barcelona
Las violaciones en serie de un grupo de amigos de Castelldefels, en Barcelona, a jóvenes vulnerables en 2021 han acabado en penas mínimas. Se trata de la autodenominada 'Manada de Castelldefels', dado que uno de los acusados llegó a compararse con la Manada de Pamplona, adoptando ese nombre para su grupo de WhatsApp, al que llamó "K-Team, Manada Returns", y en el que compartían y comentaban las violaciones que cometían.
Los condenados han admitido "formar un grupo criminal" dedicado a captar jóvenes vulnerables para violarlas. La confesión les ha servido para llegar a un acuerdo con la fiscalía y las dos acusaciones particulares y conseguir una rebaja de las penas. El Ministerio público pedía para ellos de 53 a 28 años de cárcel y finalmente han sido condenados a penas muy inferiores que van de los 8 años y 5 meses de prisión, quien tiene la pena más alta; a 3 años y 11 meses, el violador con la pena más baja. La acusación aprecia los atenuantes de confesión tardía, arrepentimiento y reparación económica del daño.
El acuerdo ha dejado impune las grabaciones que hicieron de las violaciones que cometían y que difundieron después en su chat de WhatsApp. Tras la condena, los violadores confesos han pedido, además, que se suspendan sus penas de ingreso a prisión, atendiendo a su arrepentimiento y al dinero de las indemnizaciones de 30.000 euros que se han comprometido a pagar a tres víctimas.
Acuerdo para proteger a las víctimas
En total, el acuerdo rebaja la petición de la fiscalía en más de 130 años de prisión entre todos los procesados, dado que pedía 196 años de cárcel y han sido condenados a 32 años. El Ministerio Público argumenta, en un comunicado, que "ha pesado mucho la necesidad de proteger a las víctimas, así como su voluntad de no ser revictimizadas sometiéndolas a la presión de este juicio". Las víctimas querían evitar que el proceso se alargara más en caso de suspensión, dado que "una de las víctimas está sufriendo una crisis postraumática que hacía inviable su presencia en el juicio".
Más de 64.000 mensajes misóginos
La investigación empezó a finales de 2021, cuando una de las víctimas denunció la violación múltiple que había sufrido de un grupo de chicos que conocía. Alejandro Raúl Pérez, Robert Peral, José Miguel Membrilla, David Azcón y Orlando Nicusor tenían, entonces, entre 30 y 36 años, además de pareja, trabajo, estudios superiores y una familia estructurada. Uno de ellos, incluso, era padre de un bebé.
Sin embargo, cuando los Mossos d'Esquadra les detuvieron y volcaron el contenido de sus teléfonos, no daban crédito. Hallaron un grupo de WhatsApp que contenía más de 64.000 mensajes misóginos, en los que seleccionaban a víctimas, comentaban violaciones y proponían nuevas agresiones.
El sistema siempre era el mismo: uno de ellos, Alejandro, se encargaba de captar las chicas vulnerables con baja autoestima o con alguna discapacidad, a través de una aplicación de citas o de las redes sociales y las citaba en su piso de Castelldefels, con el pretexto de una cita o una fiesta, dado que era pandemia y había toque de queda. "Después, los otros se aprovechan de la vulnerabilidad sometiéndolas a prácticas sexuales no consentidas", escribe el fiscal.
Las violaciones
La primera de las víctimas, que sufre una discapacidad, era una conocida de uno de ellos, quien conocía su patología. Aún así, le fueron ofreciendo bebidas alcohólicas "con la finalidad de que alcanzara un estado total de embriaguez" y en ese momento, "Robert empezó a besarla y Alejandro a tocarla. Ella pidió que la dejaran. Pero los cinco la cogieron a la fuerza y la condujeron por el pasillo hacia el dormitorio mientras la desnudaban", relata el escrito de acusación.
La llevaron a rastras entre cinco al dormitorio, la pusieron boca abajo en la cama, a gatas y la violaron por turnos, sin preservativo, anal, vaginal y bucalmente, mientras ella suplicaba que pararan, y ellos lo animaban diciendo "tú puedes, eres una campeona". Gritaban: "No veas como aguanta".
Con la segunda hicieron lo mismo. La invitaron a casa, simularon una fiesta para emborracharla. En un momento dado, la joven empezó a besarse de forma consentida con uno de ellos, José, en un dormitorio. Entonces, Alejandro y Robert irrumpieron y la violaron, obligándola a hacerles una felación y eyaculando sobre ella. A la tercera, uno de ellos la grabó sin consentimiento mientras tenían relaciones y mandó el video a su grupo de amigos.
En la cuarta violación aumentaron la violencia. La víctima estaba iniciando relaciones con Orlando, cuando tres miembros más del grupo irrumpieron en la habitación para sumarse. "Ante la negativa de la víctima, la sujetaron por las manos y la arrastraron al sofá. La forzaron a realizar una felación a uno de ellos, mientras Robert le introdujo un botellín de cerveza por la vagina, mientras lo grababa con el móvil para difundirlo por WhatsApp". A causa de estas agresiones, dos de las víctimas sufren ansiedad y depresión graves.
"A la chavala, la hemos destrozado"
Agresiones que grababan y difundían en ese grupo de WhatsApp, el K-Team, que les servía para elegir a las víctimas. "Le fallan los dientes, pero es follable", escribían de una chica. "Tenemos que subir el nivel de las tías", decía otro. Incluso uno comentó: "Te pasaría el teléfono de una que es muy guarra pero no me fío porque la veo capaz de denunciarnos".
Después se enviaban los videos de las violaciones y alardeaban de su violencia: "A la chavala, la hemos destrozado"; "Le hemos dado hasta el DNI", "¿Desde cuando una tía es solo para uno?". En ese chat, planeaban también la siguiente agresión: "Cuando vaya bien borracha y cachonda es el momento de picar a la puerta"; "le hacemos doble penetración, yo lo grabo todo"; "¿Cuando vamos todos otra vez? A cuatro patas por el culo como un colador".
La jueza de instrucción: "Han normalizado violar"
El caso ha llegado a juicio por cuatro agresiones sexuales, aunque la jueza que investigó el caso, la magistrada de Vilanova Laia Boix, asegura que es muy posible que haya más víctimas. "De los mensajes de los móviles [de los acusados] se infiere que hay otras víctimas que no han podido ser identificadas", escribía.
La magistrada llegó a la conclusión que estos cinco jóvenes "han normalizado violar". "Desprecian las mujeres, considerándolas objetos la finalidad de las cuales es satisfacer sus deseos sexuales", alertaba Boix. Tanto es así, que cuando supieron que una de las víctimas les había denunciado, uno de los acusados llegó a escribir en el chat: "Una violación seria ir por la calle, pillar una tía y atarla. Pero si ella dijo que no quería hacer de todo, y lo hicimos, es diferente".
Mensajes de arrepentimiento: "Lo siento por las molestias"
Una de las condiciones de las víctimas para aceptar el acuerdo era que los condenados expresaran arrepentimiento. De modo, que antes de ser condenados in voce en la Audiencia de Barcelona, han pedido perdón en el turno de última palabra.
"Lo siento mucho por las molestias que he causado. Por eso mi familia y yo hemos hecho un gran esfuerzo, muy importante, para reunir el dinero y poder reparar algo del daño que he podido causar", ha dicho Robert Peral. "Pido disculpas a ella y a su familia", ha añadido José Miguel Membrilla. "He pedido un crédito y ayuda a mi familia para recaudar el dinero", ha apuntado.
"Quiero expresar mi más más absoluto y total arrepentimiento y pedir perdón a las víctimas, de corazón", ha dicho David Azcón. "De verdad que lo siento mucho", trasladaba Alejandro Pérez. "Me estoy arrepintiendo", ha concluído Orlando Nicusor.

Andrea Villoria
Responsable de Tribunales y Sucesos de la SER en Cataluña




